El shock , más allá de lo suculento que resulta para las tramas cinéfilas, es un trastorno -provocado por multitud de variopintas causas- que puede suponer, dependiendo de su etiología, una tasa de mortalidad que oscila entre el 60 y el 100%. Sin embargo, hasta el momento en España no se cuentan con datos nacionales sobre el impacto sociosanitario de este trastorno.

De ahí que el Grupo de Shock de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes) haya iniciado los trabajos para realizar un exhaustivo registro de los pacientes que acuden a los servicios de urgencias extra e intrahospitalarias con criterios de un estadio previo al shock.

Como explica la coordinadora de este grupo de trabajo de la Semes, Ana María Navío, "el objetivo no sólo es contabilizar y conocer mejor los casos de shock en nuestro país, también evitar que aquellos pacientes con alto riesgo de desarrollar este desorden lleguen a experimentarlo, con el consiguiente impacto en su morbimortalidad".

El trabajo, que está en fase de recogida de datos, es un estudio prospectivo y multicéntrico (14 centros de toda España). Hasta el mes de marzo se incluirá en este registro cualquier tipo de shock, incluso el cardiogénico. Se ha previsto la presentación de los principales resultados de la recolección de datos en el congreso Nacional de Semes (en junio) así como en el Congreso Europeo de Urgencias (en septiembre).

Asimismo, se ha confeccionado una tabla de recogida de información, en la que se observan datos sobre antecedentes personales, familiares, síntomas de inicio y tiempos diagnósticos. Además, se contemplan pruebas complementarias que se deberían realizar en la primera hora diagnóstica, entre las que se encuentra la ecografía portátil, puesto que se trata de pacientes que son atendidos tanto en la Urgencia extra como intrahospitalaria.

"Nuestro objetivo como grupo de shock es precisamente conocer bien dicha patología y evitar que el paciente la llegue a desarrollar, un reto complicado dado los diferentes tipos de shock con los cuales nos enfrentamos". En este contexto, indica la doctora Navío, "el ecógrafo portátil se ha erigido en un instrumento diagnóstico indispensable, siendo esencial en la prevención de la progresión a shock en muchas personas".