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Manos Unidas

Solidaridad

14 Sep 2020

Respeta los derechos de los herederos legítimos

El testamento solidario, un instrumento que puede cambiar la vida de miles de personas vulnerables

Servimedia / Madrid

Organizaciones como Manos Unidas hacen un llamamiento a la colaboración para dejar un testamento solidario, un gesto sencillo y económico con el que pueden ayudar a los que más lo necesitan y ofrecer un futuro mejor a las generaciones venideras.

Con motivo de la celebración del Día Internacional del Legado Solidario, este 13 de septiembre, Manos Unidas quiere recordar que las herencias y legados solidarios son un importante instrumento para contribuir a hacer realidad una sociedad mejor y más justa.

Se trata de un acto sencillo, económico y reversible, que respeta los derechos de los herederos legítimos y que, día a día, está adquiriendo mayor importancia en España, como apunta Alberto Mora, responsable de Herencias y Legados de la ONG.

“La sociedad española, como previamente ya ha ocurrido en otros países, ha comenzado a ver que otorgar testamento solidario es un gesto necesario para poder seguir trabajando junto a los más empobrecidos”, añade Mora, quien asegura que “prueba de ello es el incremento que, en los últimos años, las entidades sin ánimo de lucro han experimentado por este concepto”.

En el año 2019, la ONG obtuvo 5.157.018 de euros en legados y herencias solidarios, un 12% del total de sus ingresos del año. En ciertos casos, algunas personas expresan su voluntad de dedicar su aportación a causas concretas como la educación, la infancia, el trabajo con mujeres o la protección del medioambiente, mientras que otros prefieren destinar su aportación a los fines de la organización, para que se destinen a la lucha contra el hambre en el mundo, según cuenta Mora.

EL CASO DE JOSEP

Josep, colaborador de Manos Unidas, decidió dejar un importante legado en su testamento para que “Manos Unidas lo destinase a lo más conveniente”. Ahora, gracias a su aportación, pueden llevarse a cabo distintos proyectos, como la construcción de una escuela en un barrio muy humilde de una ciudad de Angola.

Como indica su ahijado Jaume, “Josep siempre consideró que la mejor ayuda es dar las herramientas, enseñar a trabajar, para que las personas puedan luchar con sus propios medios por su futuro”.