Esos datos, a los que tuvo acceso Servimedia, indican que entre el 1 de enero y el 30 de noviembre se quemaron 80.967,21 hectáreas, cuando el promedio del decenio son 94.857,23 hectáreas.

El peor año de la década es 2012 (216.545,81 hectáreas), por delante de 2017 (180.490,06) y 2009 (119.497,33). Por el contrario, los mejores años fueron 2018 (24.203,74), 2014 (48.287,01) y 2010 (54.491,88).

Hasta el pasado noviembre se produjeron 10.717 siniestros forestales, de los que 3.544 fueron incendios (que arrasaron al menos una hectárea) y 7.173 conatos (con menos de una hectárea quemada).

De las hectáreas arrasadas en ese periodo, que abarcan un 0,291% del territorio nacional, un total de 10.061,71 corresponden a vegetación herbácea (pastos y dehesas) y el resto a vegetación leñosa, concretamente 44.938,06 hectáreas de matorral y monte abierto, y 25.967,43 de superficie arbolada.

ZONAS GEOGRÁFICAS

Por otro lado, el noroeste peninsular (Asturias, Cantabria, Galicia, País Vasco y las provincias de León y Zamora) concentró un 43,86% de los incendios y conatos forestales en lo que va de año, en tanto que el resto de los siniestros se repartieron entre las comunidades interiores de la península (concretamente, las provincias de las regiones no costeras, salvo León y Zamora), con un 38,98; el área mediterránea, con un 17,61%, y Canarias, con un 0,55%.

En cuanto a la superficie forestal arrasada por el fuego, un 44,34% pertenece al noroeste; un 29,21% a las comunidades interiores; un 14,18% al área mediterránea, y un 12,27% a Canarias.

La mayor cantidad de superficie arbolada calcinada este año se ha producido en las comunidades interiores (33,02%), por delante del noroeste (29,90%), la zona mediterránea (20,77%) y Canarias (16,31%).