Esos datos, a los que tuvo acceso Servimedia, indican que entre el 1 de enero y el 29 de septiembre se quemó un 2,6% menos respecto a la media del último decenio, que es de 81.092,72 hectáreas.

Se trata del cuarto dato más alto de la década, sólo por detrás de ese mismo periodo de 2012 (215.663,14 hectáreas), 2009 (116.800,25) y 2017 (109.263,08). Por el contrario, los mejores años fueron 2018 (21.885,93), 2014 (47.048,11) y 2010 (52.262,53).

En los nueve primeros meses de este año se produjeron 10.142 siniestros forestales, de los que 3.378 fueron incendios (que arrasaron al menos una hectárea) y 6.764 conatos (con menos de una hectárea quemada).

De las hectáreas arrasadas en ese periodo, que abarcan un 0,284% del territorio nacional, un total de 9.805,62 corresponden a vegetación herbácea (pastos y dehesas) y el resto a vegetación leñosa, concretamente 43.742,34 hectáreas de matorral y monte abierto, y 25.457,17 de superficie arbolada.

ZONAS GEOGRÁFICAS

Por otro lado, el noroeste peninsular (Asturias, Cantabria, Galicia, País Vasco y las provincias de León y Zamora) concentró un 43,67% de los incendios y conatos forestales en lo que va de año, en tanto que el resto de los siniestros se repartieron entre las comunidades interiores de la península (concretamente, las provincias de las regiones no costeras, salvo León y Zamora), con un 38,92%; el área mediterránea, con un 16,86%, y Canarias, con un 0,55%.

En cuanto a la superficie forestal arrasada por el fuego, el 44,04% pertenece al noroeste; un 29,18% a las comunidades interiores; un 14,21% al área mediterránea, y un 12,57% a Canarias.

La mayor cantidad de superficie arbolada calcinada este año se produjo en las comunidades interiores (32,81%), por delante del noroeste (29,67%), la zona mediterránea (20,89%) y Canarias (16,63%).