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Jóvenes y urbanitas, los que más comida desperdician en España

Alimentos

19 Sep 2019

Las lentejas son la comida que más acaba en la basura

Jóvenes y urbanitas, los que más comida desperdician en España

Servimedia / Madrid

Los hogares españoles desperdician 26 millones de kilos de comida a la semana, y entre quienes más alimentos tiran a la basura se encuentran los jóvenes y los residentes en el área metropolitana de Madrid. Según el Ministerio de Agricultura, los ‘millennials’ no están acostumbrados a conservar los alimentos, mientras los mayores están más concienciados

Los nacidos a partir de los 80 son quienes más comida desperdician, según un informe presentado este jueves por la Asociación Española de Codificación Comercial (Aecoc) junto al director general de Industria Alimentaria del Gobierno, José Miguel Herrero. Esto se explica con su estilo de vida poco organizado y su desconocimiento para aprovechar los restos de comida, según explicó la autora del estudio, Nuria de Pedraza.

Sin embargo, tirar comida a la basura es algo habitual en todas las edades. Ocho de cada diez hogares españoles lo hacen, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Por contra, son pocos los que lo reconocen, tal y como demuestra el estudio -realizado entre más de mil unidades familiares-, que señala que el 91,6% de los encuestados asegura no desperdiciar comida.

Los alimentos que más van a la basura son las frutas y verduras (67,2% del total), seguidas del pan, bollería y las salsas, tal y como refleja Aecoc en su informe. El Ministerio va más allá y tiene localizado el alimento elaborado que más se desperdicia: las lentejas. Este plato representa el 10,3% del volumen de recetas que acaban siendo tiradas.

Las causas, tal y como señala el estudio, son la mala planificación en las compras -“se compra más de lo que se va a comer”, sostiene de Pedraza- y la vida útil de los alimentos, así como el desconocimiento para elaborar recetas aprovechando las sobras o el poco espacio en la nevera. No obstante, también hay quienes desperdician comida porque consideran que “el producto vale tan poco que no merece la pena guardarlo”, lo que evidencia, según Aecoc, el escaso “valor” que a veces se otorga a la comida.

Además, según apuntó el director de Industria Alimentaria, también se están dando costumbres que influyen en el desperdicio de comida, como el cada vez mayor consumo de alimentos fuera del hogar, la estructura de los hogares de los jóvenes -reducidos y con compañeros de piso en lugar de familias- o la cada vez menor costumbre de llevarse fiambrera de casa al trabajo.

El nivel de desarrollo de los países apenas influye en el desperdicio de comida, pero sí en las causas. El desperdicio de alimentos en los países en vías de desarrollo representa el 44% del total, según datos de la organización de Naciones Unidas para la Alimentación (FAO), pero suele deberse a su escasa infraestructura para conservar la comida, las instalaciones deficientes o a los problemas para el envasado.

En las economías ricas, en cambio, el desperdicio responde al puro desperdicio en los hogares y en la restauración, así como a la “pérdida de valor del alimento”. De hecho, Europa genera el 14% del desperdicio mundial de alimentos, según datos de Naciones Unidas.

En cuanto al esquema del desperdicio de alimentos, el 42% procede de los propios consumidores, mientras que el 39% es responsabilidad de la industria. En menor medida influyen la restauración, con un 14%, y la distribución de los productos, con un 5%, según datos de la Comisión Europea.

Para el Gobierno de España, el desperdicio de comida “es un problema social, medioambiental y que afecta al planeta”, dijo Herrero. De hecho, apuntó que si se consiguiera el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) correspondiente al desperdicio de alimentos, que insta a reducirlo en un 50% para el año 2030, “no sería necesario dedicar tantos recursos naturales a producir alimentos, sino que habría una redistribución de esos alimentos”.