Fuentes de la DGT señalaron a Servimedia que la última vez que Tráfico puso en marcha una iniciativa de este tipo fue en 2013 y que desde entonces hubo "campañas divulgativas y de información, pero no con sanción". No en vano, las distracciones se han convertido desde 2016 en la causa principal de los accidentes mortales en carretera (por delante del alcohol o del exceso de velocidad), especialmente por el uso del teléfono móvil al volante.

Durante la campaña, desarrollada la semana pasada, los agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil controlaron más de 342.000 vehículos que circulaban por carreteras convencionales (esto es, de un carril por sentido y sin separación física entre ellos) y realizaron 8.213 controles, en los que denunciaron a 5.794 conductores por hacer acciones que suponían una distracción durante la conducción.

Del total de denuncias formuladas, un 38,5% (2.267) fueron por utilizar manualmente el teléfono móvil mientras conducían. Además, 384 conductores fueron denunciados por usar cascos o auriculares conectados a aparatos reproductores de sonido distintos del teléfono móvil y otros 33 por utilizar o manipular navegadores, pantallas de acceso a internet, reproductores de vídeo o DVD, según informó este jueves la DGT.

Además de esas acciones concretas de conducción desatendida, los agentes formularon 1.392 denuncias por otras infracciones que provocaban distracción, como colocarse el cinturón mientras se conduce (372), leer documentos (128), buscar objetos (78), comer (32), distraerse con otros usuarios (32) y fumar (6).

Según un estudio de la Fundación Línea Directa dado a conocer este lunes, casi la mitad de los conductores españoles admiten utilizar el móvil mientras conducen y cerca de 600.00 dicen ser adictos a ese dispositivo mientras van al volante.

La DGT señala que la distracción fue el año paasdo un factor concurrente en 18.591 accidentes con víctimas (un 26% del total), en los cuales fallecieron 446 personas y otras 1.983 resultaron heridas graves. Por ello, Tráfico pretende aumentar de tres a seis los puntos que un conductor puede perder si está al volante manipulando manualmente un teléfono móvil.