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Manuel Rico

Entrevista

18 Mar 2021

Palabras del periodista Manuel Rico, que presenta un libro sobre este asunto

“La generación que construyó el estado del bienestar ha muerto desatendida en las residencias”

Servimedia / Madrid

Alrededor de 30.000 mayores han muerto en las residencias a causa del coronavirus, muchos de ellos completamente desatendidos y en centros con profundas carencias. El periodista y escritor Manuel Rico publica hoy su libro ‘Vergüenza. El escándalo de las residencias’, una investigación en la que destapa con datos la debilidad del sistema de cuidados.

“Lo más sangrante de esta pandemia es que en los primeros meses fallecieron alrededor de 20.000 mayores en las condiciones en las que lo hicieron, sin recibir atención hospitalaria y muchos de ellos ahogados en su propia tos, cuando fueron la generación que construyó el estado del bienestar”, denuncia Manuel Rico (El Bierzo, 1967) en declaraciones a Servimedia.

Hoy sale a la venta ‘Vergüenza. El escándalo de las residencias’ (editorial Planeta), el libro en el que este periodista continúa la investigación que ya comenzó en el diario digital para el que trabaja, ‘InfoLibre’.

En él no sólo aborda la forma que tuvieron las administraciones de abordar la crisis sanitaria, con protocolos como el de la Comunidad de Madrid que excluyó de los hospitales a quienes vivían en residencias de mayores y tenían un alto nivel de dependencia, sino también los problemas que ya acarreaba el sistema.

Y es que el libro saca a la luz las sombras de las residencias de mayores y su gestión, tan rodeada de precariedad pese a la riqueza de sus principales propietarios, entre ellos el conocido empresario Florentino Pérez (Clece), la Iglesia o fondos de inversión que operan desde paraísos fiscales.

“Ya teníamos un problema en España con el sistema de residencias antes de la pandemia y seguimos teniéndolo. Lo fundamental es abrir el debate sobre el modelo residencial, que tiene una privatización absoluta con escasez de recursos como en el personal y una falta absoluta de inspecciones serias y sanciones”, afea el autor, que señala que sólo hay 219 inspectores para todas las residencias del país.

En su investigación revela cuáles son las empresas de residencias de mayores más multadas, qué sanciones se les ha impuesto y cómo siguen operando, a su juicio, con “cierta impunidad”. También pone nombres y apellidos a quienes se enriquecen con este sistema y cuáles fueron las residencias más vulnerables y por qué.

Para su libro, Manuel Rico solicitó a todas las comunidades autónomas a través de los portales de transparencia la información sobre fallecimientos de mayores desglosados por centros durante marzo y abril.

Respondieron once comunidades, incluidas tres de las cuatro más afectadas (Madrid, Cataluña y Castilla La-Mancha), en las que a 30 de abril se habían producido en total 13.696 decesos por coronavirus o con sospecha. Esa cifra representaba más del 75% de las muertes registradas en aquella fecha en el conjunto de España.

En su libro, el periodista afina el tiro y es capaz de establecer en qué tipo de residencias hubo más muertes, si en las públicas o en las privadas, en aquellas con gran concentración de residentes o aquellas más pequeñas.

Como indica Manuel Rico, las gestoras de residencias ingresan más de 2.000 millones de euros al año de dinero público pese a la profunda privatización del sector, que ha conseguido hacer un negocio altamente rentable con los mayores. “Saber quiénes son los dueños de las residencias en España ayuda a entender una realidad compleja”, escribe Manuel Rico.

En el libro se describen los principales pelotazos multimillonarios que han dado los fondos de inversión comprando y vendiendo grupos de residencias en España. “Quizá la sociedad española debería plantearse si una industria de esa naturaleza puede hacer negocio en cualquier sector de la economía. O si hay actividades que no deben ser víctimas de la especulación financiera más feroz”, plantea el autor.

Tras poner cara y razones a la debilidad del sistema de cuidados en residencias de mayores, Manuel Rico demanda un profundo cambio en el modelo. Una de sus principales conclusiones es la necesidad de mejorar las inspecciones y, para ello, se fija en Alemania, donde dice que se encuentra “el mejor modelo”.

Allí implantaron un nuevo sistema de inspección en octubre de 2019, de forma que cada medio año las residencias tienen que enviar a un organismo independiente una serie de indicadores como las caídas de residentes. Analizan cómo de bien cuidados están los mayores en el centro, lo que incluye mantener entrevistas con nueve residentes a quienes plantean diferentes preguntas sobre su vida diaria. Por último, la inspección se reúne con los directivos para estudiar los fallos y buscar la forma de mejorar.

Y lo mejor es que, finalmente, los datos esenciales de esos informes se hacen públicos, ya que el objetivo es que sean “una ayuda importante en la toma de decisiones a la hora de seleccionar un geriátrico”, señala Rico.

Y así, con una disección de cómo funciona, quiénes controlan y con qué medios se atiende a los mayores que viven en las residencias, Manuel Rico destapa la realidad del sistema de cuidados y reflexiona sobre la necesidad de atender mejor a los más vulnerables con medidas a veces tan simples como vincular la atención primaria de salud a las residencias, elevar las ratios de personal cuidador o combatir su precariedad laboral y mejorar su formación. En definitiva, procurar una atención digna a los mayores.