Durante la jornada, que reúne a investigadores, autoridades sanitarias y representantes de compañías farmacéuticas, biotecnológicas y de tecnología sanitaria, entre otros, se ha presentado un balance del Proyecto BEST, una iniciativa estratégica para fomentar la excelencia en la investigación clínica impulsada por la industria farmacéutica y en el que se integran 50 compañías farmacéuticas, 13 comunidades autónomas, 54 hospitales y seis grupos de investigación independientes.ana

Según indican los datos expuestos, la inversión en ensayos clínicos realizada en España por las compañías farmacéuticas se ha más que duplicado entre 2005 y 2017, desde los 299 millones hasta los 662, lo que supone un incremento sostenido del 7% anual.

“Estos 662 millones constituyen casi el 60% del total de inversión en I+D de la industria farmacéutica en España, que ascendió a 1.147 millones en 2017, y ponen de manifiesto el creciente atractivo de nuestro país como destino de estos fondos”, explicó el copresidente de la Plataforma Tecnológica Española de Medicamentos Innovadores y subdirector de Farmaindustria, Javier Urzay.

En 2018 el porcentaje de pacientes previstos en ensayos clínicos de fases tempranas ascendió al 35,5%, frente al 21,1% de 2017 y al 28,5% de 2016. Igualmente, la participación de centros en este tipo de ensayos creció el pasado año hasta representar un 36,7% del total, frente al 32,2% de 2017, según informa Farmaindustria en nota.

En cuanto a la situación política que atraviesa España en la actualidad, los participantes en la rueda de prensa de presentación de las jornadas coincidieron en sepñalar que es necesario contar con apoyo político a medio y largo plazo, independientemente de quién sea el partido que gobierne.

“Reivindicamos contar con apoyo político claro. La investigación necesita apoyo económico a largo plazo para su desarrollo”, argumentó el director general de Asebio (Asociación Española de Bioempresas), Ion Arocena.

En este sentido, el coordinador de la Plataforma Española de Nanomedicina, Josep Samitier, declaró que sería “muy deseable” que continuase el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, porque considera que “la estabilidad política es fundamental”.

Sin embargo, pese a las asignaturas pendientes, los datos de investigación en nanomedicina en España respaldan el papel de “liderazgo” que asume el país. Así, de los 12 proyectos financiados en toda europa por la ERA-NET (redes europeas de agencias públicas dedicadas a la financiación de la I+D+i), 8 están coordinados por entidades españolas, informó Samitier.

Además, a juicio del director general de Farmaindustria, Humberto Arnés, España está en “posición de privilegio” para aprovechar la oportunidad que se abre en este campo. “Para ello hemos de tener una visión estratégica orientada a reforzar la colaboración público-privada y crear un ecosistema favorable a la investigación”. Llamó para ello a la colaboración de la Administración y el conjunto de los agentes sanitarios y subrayó que el compromiso de la industria farmacéutica en España es total.