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Sueño

Coronavirus/ Salud

28 Abr 2020

Evitar o limitar las siestas, recibir al menos dos horas de luz solar al día, y no abusar de dispositivos móviles, los consejos de los expertos

La reclusión altera el sueño y mella nuestro bienestar emocional

Redacción / Madrid

El confinamiento afecta notablemente la vida de los españoles. Los expertos apuntan que esta situación excepcional puede alterarnos tanto física como psicológicamente, al haber visto alteradas nuestras rutinas, nuestra forma de trabajar y nuestros afectos. 

Uno de los principales territorios aquejados es el sueño. El estrés, la ansiedad, y la incertidumbre trastocan la capacidad de dormir, hasta el punto de provocar malestar, cansancio crónico, insomnio e incluso anomalías en el bienestar emocional.  

“La situación actual está provocando un aumento de los trastornos del sueño. Vemos cómo la población está teniendo serios problemas para iniciar el sueño, sucediéndose de despertares nocturnos con dificultad para volver a dormir. Dentro de sus causas, además de la incertidumbre y las preocupaciones, uno de los principales responsables de este problema es la pérdida de rutinas laborales, sociales y personales”, explica la doctora Paula Giménez, directora de la Unidad Multidisciplinar de Sueño de la clínica HLA Vistahermosa.   

Asimismo, la experta asegura que el confinamiento ha debilitado los sincronizadores de nuestro reloj interno, responsable del ciclo vigilia-sueño, y, en consecuencia, de nuestro descanso: la menor exposición a luz, la pérdida de los horarios regulares de acostarnos, levantarnos, de comidas, trabajo, de realizar deporte e incluso nuestro tiempo de ocio y el hacer todas estas actividades en el mismo espacio físico, nuestra casa, está favoreciendo que aumenten o se acentúen problemas de sueño. 

Ante esta situación, la especialista apunta que es normal llegar a sentir malestar físico y emocional. Entre los más comunes se encuentran “sensación de falta de descanso al despertar o sueño de mala calidad, somnolencia durante el día, cefaleas, alteración del estado de ánimo en forma de ansiedad o de estados distímicos, estados depresivos y también problemas de memoria e incluso de falta de concentración.” Además, advierte de que estos problemas pueden establecerse en nuestro día a día en el confinamiento y mantenerse a largo plazo una vez finalizado el confinamiento. 

Para paliar estos efectos, recomienda seguir una serie de pautas que pueden ayudar a conseguir un mejor descanso y a reducir los problemas asociados a esta nueva situación: establecer unas rutinas (es importante seguir un horario fijo a la hora de levantarse y acostarse, de hacer las comidas principales, de trabajar y de tener ocio o estar con la familia); exposición a la luz, especialmente en las primeras horas del día, al menos dos horas por la mañana, para que esta luz sincronice su reloj biológico y favorezca el descanso nocturno. Si no es posible, se debe intentar teletrabajar cerca de una ventana para al menos exponerse a esta luz natural; limitar o evitar la siesta; realizar ejercicio físico; limitar o evitar el uso de dispositivos móviles; evitar pensamientos o noticias preocupantes; mantener un ritual de relajación previo al sueño.