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Alimentos ultraprocesados

Salud

31 Mayo 2019

Ingerir más de cuatro raciones diarias incrementa el riesgo de mortalidad en un 62%; y cada ración adicional supone un 18% más de riesgo

Los alimentos ultraprocesados aumentan la mortalidad por todas las causas

Servimedia / Madrid

Un estudio del Centro de Investigación Biomédica en Red (Ciber), en su área temática de Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (Ciberobn), concluye que consumir más de cuatro porciones diarias de alimentos ultraprocesados se asocia con un 62% de mayor riesgo para todas las causas de mortalidad.

La investigación, que se ha publicado en el ‘British Medical Journal’, está realizada en cerca de 20.000 voluntarios de la cohorte Seguimiento Universidad de Navarra (SUN) y dirigida por Miguel A. Martínez-González, investigador principal del Ciber.

El Proyecto SUN es una gran cohorte prospectiva de graduados universitarios de toda España. En este caso en particular, se estudió durante 15 años (1999-2014) a un total de 19.899 voluntarios (12.113 mujeres y 7.786 hombres) registrando su consumo de alimentos y bebidas, según la clasificación NOVA, a través de un cuestionario de frecuencia.

Se produjeron 335 muertes durante una media de seguimiento de 10 años y se llegó a la siguiente evidencia: “Ingerir más de cuatro raciones diarias de alimentos ultraprocesados incrementa el riesgo de mortalidad relativamente en un 62%; y cada ración adicional supone un 18% más de riesgo, independientemente de otras causas de mortalidad”.

Según la clasificación NOVA, los alimentos ultraprocesados son formulaciones industriales elaboradas a partir de ingredientes refinados (azúcar, almidones, aceites vegetales, sal) o sintetizados (grasas trans, proteína hidrolizada, aditivos), y no contienen ningún alimento entero reconocible y tienen baja calidad nutricional a la vez que son muy sabrosos y siempre están disponibles para el consumo.

Si un producto tiene más de cinco ingredientes, probablemente sea ultraprocesado. Algunos ejemplos son: refrescos azucarados, embutidos, postres lácteos azucarados, galletas, bollería industrial o los cereales para el desayuno.