Compartir en redes sociales

Presentación de los datos

Perspectivas de futuro

9 Ene 2020

Su confianza en la I+D cae 23 puntos en dos años

Los jóvenes pierden la fe en la innovación

Servimedia / Madrid

Los jóvenes de 18 a 29 años son cada vez más escépticos con la innovación y los avances tecnológicos, según revela un estudio presentado este jueves por la Fundación Cotec que refleja una caída de más de 20 puntos en su confianza hacia la I+D. Aunque esta desconfianza aún es minoritaria, gana terreno a nivel general, sobre todo entre los más vulnerables.

El 73% de los españoles tiene una visión positiva de la innovación, mientras que en 2017 su confianza llegaba al 89%. El informe realizado por Cotec y la empresa Sigma Dos apunta a que los ciudadanos sí creen en la I+D, pero su confianza es “inestable” y en dos años acumula una caída de 16 puntos porcentuales que se acentúa entre jóvenes y personas con pocos estudios.

Además, los ciudadanos consideran que España no está en una posición de liderazgo en innovación dentro de Europa, una percepción que encaja perfectamente con la realidad, según los autores del estudio, puesto que la inversión española en I+D sigue estancada en el 1,2% del Producto Interior Bruto (PIB), lejos de la media de la Unión Europea, que se fija en el 2,1%.

“Nos preocupa mucho que la confianza en la innovación decrezca, sobre todo entre los colectivos de ciudadanos más desfavorecidos, porque la innovación es también una herramienta para reducir las brechas sociales”, declaró el director general de la Fundación Cotec, Jorge Barrero, en la presentación del informe junto a la directora general de Sigma Dos, Rosa Díaz.

Pese al creciente escepticismo al que apuntan los datos del informe, lo cierto es que los españoles sí encuentran ciertas ventajas a los avances tecnológicos. En concreto, la mitad de los encuestados para el estudio -más de 2.000- consideran que la tecnología reducirá la brecha laboral de género y favorecerá la conciliación con la vida personal.

No obstante, es mayoritario el grupo de ciudadanos que considera que la tecnología aumenta la desigualdad social (55%), un porcentaje muy similar al de 2017 (57%). Esto puede deberse a que la tecnología no está llegando a todos los sectores de la población, abriendo una brecha aún por atajar. Sobre todo en entornos rurales donde el escepticismo tecnológico es mayor.

Sobre la aplicación de los avances tecnológicos en el entorno laboral, dos de cada tres españoles cree que la automatización afectará a buena parte de los puestos de trabajo, llegando a poder ser sustituidos por robots. El 32% considera que “muchos” empleos serán sustituidos en sólo 15 años.

IMPUESTOS

En este sentido, el 70% de los jóvenes se muestra de acuerdo con que exista un impuesto a las máquinas y, por ende, una “renta compensatoria por automatización del empleo”, algo que en el caso de los adultos de 45 a 64 años no causa tanto entusiasmo, pues sólo lo apoyan el 58%. No obstante, son los adultos más mayores quienes más temen ser sustituidos por un robot (54% frente al 40% de los jóvenes).

Otra de las conclusiones del estudio es que uno de cada tres españoles en edad de trabajar no se considera capacitado para competir en un mercado laboral automatizado, es decir, que ocho millones de trabajadores no se adaptarían al mercado laboral que, por lo que parece, habrá en el futuro.

Asimismo, dos de cada tres aseguran que el sistema educativo no está respondiendo a las necesidades del mercado laboral, sobre todo en lo relacionado con la tecnología. Esta percepción está muy extendida precisamente entre los jóvenes, que son los más críticos con la educación y, al mismo tiempo, los que más preparados se sienten para el futuro mercado laboral.

Por último, otra de las cuestiones que aborda el informe es la aceptación de los españoles sobre la aplicación de una renta básica universal y el pago de impuestos en beneficio de prestaciones sociales y públicas.

Casi la mitad de los ciudadanos (el 46%) estarían dispuestos a pagar más impuestos a cambio de que el Estado implantase una Renta Básica Universal, más que en 2018, cuando la aceptación era del 39%. Además, esta renta es aceptada por el 61% si no conlleva pagar más impuestos.

La conciencia fiscal -la predisposición a pagar más impuestos a cambio de mejorar los servicios públicos- respecto a la Renta Básica Universal es mayoritaria entre los votantes de la izquierda y rechazada, generalmente, por los votantes de la derecha. Sobre todo entre los votantes de Vox, que rechazan amplísimamente (83%) pagar más impuestos por beneficios sociales. Por el contrario, el 61% de los votantes del PSOE sí están de acuerdo con pagar más tributos.

Etiquetas