Compartir en redes sociales

Pueblo

Sostenibilidad

22 Abr 2021

Y contribuyen 20 veces más a conservar la biodiversidad, según Greenpeace

Los pueblos frenan el cambio climático un 34% más que las ciudades en España

Redacción / Madrid

Los municipios rurales de España ayudan a frenar el cambio climático un 34% más que las ciudades y contribuyen 20 veces más a la conservación de la biodiversidad. Ésta es la conclusión principal del estudio ‘#HablaRural: El papel clave de la España rural frente a la emergencia climática y la pérdida de biodiversidad’, elaborado por Greenpeace y presentado este jueves en una rueda de prensa telemática coincidiendo con el Día Internacional de la Madre Tierra.

Julio Barea, responsable de campañas de consumo y biodiversidad de Greenpeace, se conectó desde Castejón del Campo (Soria) para dar visibilidad a la ‘España vaciada’, donde activistas de la organización desplegó una gran pancarta desde el campanario con el mensaje ‘Por un mundo rural vivo’ y habitantes del municipio portaron otras en las que se podía leer ‘contra la crisis climática, pueblos con vida’; ‘la biodiversidad y el futuro están en un campo sano’ y ‘las ciudades también dependen del medio rural’.

El informe analiza el uso del suelo en los cerca de 505.000 kilómetros cuadrados del territorio español y los 8.115 municipios que lo conforman, y cuantifica los servicios ambientales que prestan, como abastecimiento de comida y agua, conservación de la biodiversidad o regulación climática, entre otros.

En España, las zonas rurales ocupan el 85% del territorio español, pero su población representa sólo un 16,5% del total (algo más de 7,5 millones) y habitan en los ecosistemas clave para hacer frente a la emergencia ecológica, según Greenpeace.

Pese a ello, las zonas rurales se siguen despoblando, pues en los últimos 40 años se han abandonado más de cuatro millones de hectáreas de tierras de cultivo y se han perdido más de dos millones de explotaciones ganaderas, un “vacío” que, según Greenpeace, en algunos casos se aprovecha para crear “falsas soluciones” como “macrogranjas altamente nocivas” o transformar en “un polvorín lo que antaño fueron masas forestales productivas”. No en vano, más del 80% de los espacios forestales en España no tienen planes de ordenación.

“La supervivencia de los habitantes rurales pasa por que puedan disfrutar de los mismos derechos, servicios y oportunidades que el resto de la ciudadanía. Un territorio abandonado por las instituciones se degrada, a nivel social, económico y ecológico”, apuntó Barea desde Castejón del Campo.

ZOONOSIS

El informe indica que sólo un 16% de la población española está ‘cuidando’ del 85% de territorio del país país, algo clave contra el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, pero no disfrutan de los mismos derechos, servicios ni oportunidades que los habitantes en zonas urbanas.

Conservar los ecosistemas y su función de mitigación del cambio climático es una medida fundamental, junto con la reducción drástica de emisiones a la atmósfera, para luchar contra el cambio climático, según Greenpeace. El papel de sumidero de carbono atmosférico de los ecosistemas y la biodiversidad que albergan, así como su vulnerabilidad frente a la destrucción por diversas actividades humanas, hace que sea imprescindible su protección.

“La lucha contra el cambio climático no puede olvidar la gestión del territorio, porque el uso del suelo puede agravar o solucionar la emergencia climática. El desarrollo rural es una oportunidad fundamental para el cambio de modelo, para la transición ecológica”, apuntó Paloma Nuche, doctora en ecología y autora del informe de Greenpeace.

Por otro lado, se ha demostrado que la pérdida de biodiversidad favorece las zoonosis -enfermedades transmitidas por los animales- porque los microbios no encuentran sus hospedadores originales y acaban infectando al ser humano, generando un enorme riesgo, tal y como demostrando la Covid-19, que ha puesto en jaque a la humanidad desde hace algo más de un año.

DEMANDAS

La biodiversidad española, que supone más del 50% de la total europea, alberga una biodiversidad asociada a los modos de vida tradicional, con unas 500 especies de plantas cultivadas y 174 razas ganaderas autóctonas de España.

Pero el 66% de las razas ganaderas y un 42% de las variedades vegetales españolas están en peligro de extinción debido, en parte, al abandono de las prácticas agrarias tradicionales, lo que ha supuesto una homogeneización del paisaje con la expansión de masas forestales que, lejos de ser bosques maduros, son un “polvorín” susceptible de acabar pasto de las llamas, según Greenpeace.

Esta organización defiende la dinamización de los aprovechamientos agrícolas, ganaderos y forestales en el medio rural como medida fundamental para la transición ecológica. Ariadna Tremoleda, miembro de la Cátedra de Innovación del Mundo Rural de Cataluña, consideró fundamental "el paso a la agroecología para convertir el problema de la España rural y su crisis ecológica en una solución".

Cultivos agroecológicos de prácticas agrarias sostenibles y a pequeña escala, así como la ganadería extensiva, contribuyen a mitigar el cambio climático y a la conservación de la biodiversidad, a la vez que previenen grandes incendios forestales.

Greenpeace demandó que la Estrategia Nacional para el Reto Demográfico, actualmente en elaboración, incorpore de manera transversal el enfoque de crisis ecológica e incluya los retos de la emergencia climática y la crisis de biodiversidad.

Y consideró imprescindible que los fondos de recuperación prioricen la dotación presupuestaria de la ley de desarrollo sostenible del medio rural para que tenga una implementación real y efectiva. Para Manuel Campo Vidal, fundador de la Red de Periodistas Rurales, es necesario que "los fondos y las inversiones lleguen donde tienen que llegar verdaderamente".