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Valores éticos

Salud

18 Nov 2020

Según un grupo de expertos en bioética

“Nos hemos saltado los estándares éticos durante la pandemia”

Redacción / Madrid

La pandemia del coronavirus ha obligado a los sanitarios a tomar decisiones precipitadas y ha creado -y seguirá haciéndolo- dilemas que no siempre se resuelven con acierto. Varios expertos en bioética coinciden en que la medicina y la ciencia se han “saltado estándares éticos habituales” en cuestiones como el uso de fármacos o la investigación de vacunas. “Se ha tenido que hacer todo de manera acelerada. Hemos utilizado en los hospitales unos tratamientos y medidas que no estaban probadas científicamente o que no habían pasado por comités de ética”, sostiene Benjamín Herreros, director del Instituto de Ética Clínica y uno de los organizadores del XIII Seminario Internacional de Biomedicina, Ética y Derechos Humanos que acoge estos días la Universidad Complutense de Madrid (UCM).

Este foro, organizado por el Aula Internacional de Biomedicina, Ética y Derechos Humanos, la Facultad de Medicina de la UCM, la Fundación Asisa, el Instituto de Ética Clínica Francisco Vallés, el Instituto de Salud Pública, Funderética, el Instituto de Humanidades y Ciencias de la Salud Gregorio Marañón y la UNED, pretende reflexionar sobre los desafíos éticos que ha traído consigo la pandemia.

A este debate se han unido también cientos de estudiantes de la facultad de Medicina para diseccionar cómo el coronavirus ha supuesto un reto deontológico con un auténtico colapso de los hospitales en el que los sanitarios tuvieron que curar a pacientes con recursos muy limitados.

“Se han puesto sobre la mesa una serie de retos éticos ya subyacentes en el campo de la Medicina, pero que han tenido un empuje mediático tremendo; por ejemplo, el tema de los recursos escasos para unas necesidades desorbitadas en momentos de pico de la pandemia”, afirmó el decano de la Facultad de Medicina de la UCM, Javier Arias.

Para Benjamín Herreros, una de las cuestiones donde se ha visto esta precipitación ha sido en los tratamientos. “Nos hemos saltado los estándares éticos habituales debido a una situación excepcional”, llegando a emplear “tratamientos sin una evidencia científica de que funcionaran”, advirtió este experto.

Un ejemplo de las prisas fue el uso de Remdesivir, un fármaco que muchos países comenzaron a emplear para tratar casos graves de coronavirus. La Unión Europea llegó a firmar un contrato de más de mil millones de euros para asegurar su suministro en los hospitales justo una semana antes de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) revelara en un estudio que el Remdesivir era totalmente ineficaz.

“Nos hemos precipitado porque hemos vivido una pandemia que no se vivía desde hace un siglo, eso nos ha hecho tomar decisiones precipitadas; hay que tener en cuenta en que estábamos -y estamos- en una situación en la que los hospitales se encontraban llenos y había que tomar decisiones sin una evidencia científica”, señaló Herreros.

La doctora María Tormo, directora de Planificación y Desarrollo de Asisa, precisó que “los retos de carácter ético han ido desde la atención a pacientes, básicamente mayores, hasta el ingreso en las UCI o el uso de fármacos fuera de ficha técnica”, algo que ha llevado a “interrogantes” que “deben ser estudiados con calma”.

Para el decano de Medicina, otro de los desafíos éticos que han salido a relucir en la pandemia es “el binomio economía-salud que se ha mostrado desnudo” y “la sociedad ha sido muy consciente”. También otros como “si para acelerar el desarrollo de fármacos se puede recurrir a cualquier cosa” o si hubiera sido mejor estrategia esperar a la inmunidad de la población con la ya conocida ‘inmunidad de rebaño’ antes de esperar a una vacuna.

TECNOLOGIZAR

Por su parte, el doctor Fernando Bandrés, catedrático de la Facultad de Medicina en la UCM y presidente del Aula Internacional de Biomedicina, Ética y Derechos Humanos, aseguró que la pandemia ha planteado la necesidad de atajar el reto de la “tecnologización”.

“Hay que introducir el conocimiento de las nuevas tecnologías, que hubiera permitido, aunque sea fácil hablar a tiempo pasado, evitar problemas de tratamiento o seguimiento por telemedicina o control remoto de ciertos procesos. En los próximos años, vamos a sacar algunas certezas y una de ellas es tecnologizar”, valoró.

Y es que la tecnología “ha permitido que en pocas semanas supiéramos aspectos moleculares del virus o la manera de tratar a los pacientes”, por lo que “va a ser el elemento clave de los beneficios desafortunados que, por otra parte, tiene la pandemia”.