El estudio incluye una encuesta realizada por Nexo a 800 personas de al menos 16 años, residentes en municipios españoles de más de 50.000 habitantes y que cogían habitualmente el transporte público antes del estallido de la pandemia.

La encuesta revela que el 81,2% de las personas consultadas continúa cogiendo el transporte público colectivo como antes, pero un 18,8% admite que ha cambiado al vehículo particular, sobre todo las de 16 a 25 años y de 36 a 45 años, entre quienes tienen un mayor nivel de estudios y quienes viven en un barrio de las afueras bien conectado con la red de transporte público en ciudades de 50.000 a 500.000 habitantes

Además, el 62% asegura que ha ido cambiando su uso del transporte público en función de los contagios de su ciudad y un 58,7% ha reducido de forma considerable utilizar este medio de transporte al considerarlo no seguro, ya que la mayoría considera que supone un riesgo sanitario si no se toman las precauciones adecuadas.

El metro es el medio de transporte más inseguro sanitariamente (mencionado por un 42,4% de los encuestados), por delante del tren o el tranvía (34,8%), el autobús (23,7%) y la bicicleta o el patinete eléctrico (18,8%).

Además, un 49,0% de los ciudadanos consultados ha dejado de visitar familiares o amigos, ir a otras zonas de la ciudad o realizare actividades de ocio o deporte por evitar ir en transporte público, porcentaje que cae a un 29,1% entre quienes no han acudido a su centro de trabajo o de estudios al tener la posibilidad de trabajar o estudiar en casa.

MEDIDAS

Por otro lado, más de la mitad de los usuarios de transporte público utilizaría más este medio de transporte si se aplicaran medidas sanitarias contra la Covid-19, como dejar espacios y asientos inutilizados para no sentarse al lado de otras personas (61,5%), si los vehículos se desinfectaran y limpiaran más (60,6%) y si se reforzase la ventilación y/o se redujese la calefacción (59,4%).

A la luz de los resultados de esta encuesta, Ecologistas en Acción pidió a las administraciones públicas que respondan a las demandas ciudadanas para fomentar el uso del transporte público. "La emergencia climática, así como la urgencia por reducir los niveles de contaminación de nuestras ciudades, exigen la puesta en marcha de medidas efectivas para garantizar la seguridad sanitaria en el transporte público e incrementar así su uso en la construcción de la nueva normalidad", apuntó Carmen Duce, responsable de transporte en esa organización.