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Miranda

Entrevista

27 Abr 2020

Alfonso Miranda, dueño y director de Plagas y Control

“En el sector de la desinfección y el control sanitario estamos como hace 40 años, y ahora más que nunca necesitamos una legislación”

Patricia Encinas / Madrid

Alfonso Miranda es un empresario asturiano con discapacidad al que su experiencia comercial en diversas empresas del sector industrial y de servicios le llevó a pensar que una opción de vida podría ser montar un negocio que ofreciera soluciones a todo lo relacionado con el control de plagas. “En pleno siglo XXI, en un momento de globalización del comercio y de las personas, que potencia la expansión de vectores y la consecuente emergencia de infecciones en zonas del planeta donde no son endémicas, una empresa de este tipo me pareció una opción”, apunta.

Hace un par de años decidió ponerse manos a la obra y contactó con Inserta Empleo, entidad de Fundación ONCE, cofinanciada por el Fondo Social Europeo, que tal y como asegura, le ayudó a dar el empujón que necesitaba esa idea que le rondaba la cabeza desde hacía tiempo. “Aunque yo tenía claro lo que quería hacer, sus técnicos expertos me asesoraron sobre la viabilidad de mi plan de negocio y sobre otras cuestiones administrativas a tener en cuenta. También me cofinanciaron con una cantidad que me ayudó a empezar a andar”.

Y esa idea dejó de serlo y se materializó en P&C, Plagas y Control, una empresa formada por cinco trabajadores, que opera en toda España y que se ocupa del control de todo tipo de plagas “aportando nuevas ideas y basándonos en el desarrollo, investigación e innovación de servicios”, apostilla su fundador. Lo que sí reconoce es que “nadie hubiera imaginado hace unos meses que una pandemia de la envergadura del Covid-19 sacudiría al mundo de la forma que lo está haciendo” y se muestra orgulloso de poder contribuir en la desinfección de los espacios en los que puede sobrevivir el virus, al menos temporalmente.

Esta situación ha llevado a Alfonso a hacer una inversión para dar respuesta a la demanda de servicios de desinfección derivados de la crisis sanitaria.  Hasta la fecha, sus clientes tanto públicos como privados, lo que más demandaban eran servicios de desinfección, desratización y desinsección. “Hay sectores como el hostelero o el de transformación de la alimentación que están sujetos por ley a determinadas intervenciones de este tipo en sus instalaciones”, aclara, pero según cuenta, no es menos cierto que en un sistema global como el actual, “es necesaria una legislación clara en los controles sanitarios y la desinfección. En este terreno nos encontramos como hace cuarenta años”, se lamenta.

En este sentido aclara “no es lo mismo el sector de la desinfección y el de la limpieza” y añade: “Estamos viendo por nuestras calles militares o trabajadores de la limpieza fumigando, pero lo que utilizan en la mayor parte de los casos es agua mezclada con hipoclorito de sodio, es decir lejía, que limpia, es verdad, pero si queremos acabar con el Covid-19 necesitamos productos específicos que en 10 minutos actúan sobre los microorganismos inactivando sus ácidos nucleidos”, explica.

El problema es que no cualquier persona puede manipular o utilizar estos productos viricidas porque su mal uso, conlleva graves riesgo para la salud. De hecho, una vez aplicados, necesitan entre tres y 24 horas de ventilación en los espacios aplicados. “Por esta razón, se necesita una certificación oficial de técnico aplicador que todos los trabajadores de P&C tienen, y a quienes yo superviso como responsable técnico, y un material de protección específico de protección”.

“P&C está inscrita en un Registro Oficial Sanitario, lo que nos permite realizar estos servicios acreditando y certificando que un local se ha desinfectado correctamente, con todas las garantías frente al Coronavirus, que exige la Consejería de Sanidad.  Es por ello que estamos autorizados a emitir a nuestros clientes un Certificado de Servicio de Desinfección de acuerdo a lo establecido en la normativa vigente”, aclara el emprendedor.

Así, “podemos diseñar planes de desinfección a medida que conllevan un diagnóstico de situación y un programa de actuación y utilizar desinfectantes de amplio espectro (viricida, bactericida, microbactericida, fungicida, esporicida). También eficaces frente al VIH, fiebre del Valle del Rift, fiebre de Lassa, hepatitis B y gripeA (H1N1)”.

Según cuenta Alfonso Miranda, antes de la pandemia las intervenciones de su empresa se centraban sobre todo en acabar con plagas de ratones y ratas, cucarachas, además de chinches y carcoma. Ahora, “estamos recibiendo muchas peticiones de presupuestos para compañías que quieren protegerse frente al Covid-19 y evitar posibles demandas de sus empleados mediante la obtención de un certificado de desinfección”. No obstante –añade- “también atendemos las necesidades de clientes particulares y de la Administración”.

Al ser preguntado sobre la posible disminución de la supervivencia del Covid-19 cuando aumenten las temperaturas durante los próximos meses de verano, se muestra cauto “pudiera ser, pero por el momento es necesario ser prudente y no anticipar lo que aún no ha podido ser probado científicamente”.

Sea o fuere, parece que este nuevo enemigo ha llegado para quedarse entre nosotros. Empresas como P&C seguirán trabajando para que este virus, en muchas ocasiones mortal, sea aniquilado del mayor número de espacios posibles. Más allá de los beneficios económicos que obtenga por ello, está la satisfacción que siente este emprendedor asturiano al saber que puede aportar un granito de arena en una lucha que cuando acabe, deberá mantener activadas todas las precauciones posibles.