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Objetivo de una cámara de fotos. En el fondo un mural de imágenes.

16 Ene 2009

La ONCE cumple 70 años

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El 13 de diciembre, festividad de Santa Lucía, la ONCE ha cumplido 70 años y la Fundación ONCE celebró su 20 aniversario. El modelo de la ONCE y su Fundación, asentado en la sociedad española y apreciado con admiración fuera de nuestras fronteras, ha logrado en estas siete décadas que las personas ciegas o con otro tipo de discapacidad salgan de la indigencia o del subsidio y se incorporen a un sistema basado en su CAPACIDAD para poder integrarse, especialmente a través de un empleo digno. Es una apuesta por la que las personas con discapacidad decidimos no ser una carga sino aportar a la sociedad, generar riqueza y mostrar que somos unos ciudadanos más.

La ONCE nació en 1938 por el empeño de unos pocos "visionarios", si se permite la expresión, que comprendieron que sólo con el trabajo, el esfuerzo y el espíritu de superación de las personas ciegas surgiría algo verdaderamente importante y de futuro. Esa pelea por demostrar las capacidades de los ciegos -y por extensión del resto de personas con discapacidad- fue ya protagonista en los inicios de la ONCE y nos ha perseguido y persigue siempre.

Ya entonces, en la España de 1938 que todos pueden imaginar, frente a este grupo de ciegos adelantados a su época, otras voces preferían optar por la política de las subvenciones y la beneficencia. En concreto, llegó a existir un proyecto normativo que pretendía prohibir las rifas que eran ya sustento de algunos ciegos y, a cambio, entregar 6 pesetas diarias, de las de entonces, a cada ciego necesitado. No sé si llegan a imaginarse lo que supondrían esas 6 pesetas actualizadas a día de hoy y multiplicadas por los 70.000 ciegos que hay en España que, sin trabajo, obviamente, estaríamos necesitados. A buen seguro, en épocas de crisis, como la que atravesamos, las arcas públicas se resentirían mucho.

Pero muy al contrario, y por suerte para todos nosotros, triunfó el modelo con el que los ciegos españoles empezaron a vender el cupón "prociegos" (hoy Cupón de la ONCE) y lograron iniciar un sueño que ni siquiera pudieron imaginar, todo ello basado en el esfuerzo y el trabajo.

Ese modelo, que hoy es imagen y bandera de España allí donde vamos, ha logrado situar al sector de la discapacidad en una posición muy avanzada en todo el mundo, incluso en los envidiados países nórdicos que, con modelos más asistenciales, tratan ahora de copiar nuestro sistema, sabedores de que es más positivo e integrador para las personas con discapacidad y para toda la sociedad.

Desde siempre, desde aquella ONCE embrionaria de los años 40 y 50, la educación y el empleo se consideraron las claves para que los ciegos logren su normalización en la sociedad. De hecho, los primeros beneficios del cupón se destinaron a colegios para que los niños ciegos pudieran estudiar y ganarse el futuro, no sólo vendiendo productos de juego.

Setenta años después, los datos son rotundos: la ONCE y su Fundación cierran el año 2008 con más de 118.000 empleos directos e indirectos, de los que más de 93.000 son ocupados por personas con algún tipo de discapacidad, que están integradas con plenitud en el tejido productivo y que, lejos de vivir del erario público, aportan. Ahí está nuestro éxito: ser unos más de la sociedad, también en la solidaridad que nuestro empleo supone para el resto de ciudadanos.

Por eso, que la ONCE y su Fundación sean el primer agente español por nivel de empleo y que, además, en 2008, con una situación económica convulsa, hayamos sido capaces de crear más de 3.600 empleos, supone una satisfacción para todos los que formamos esta familia.

La educación y la formación continua son palancas claves para ser más competitivos y para acceder a puestos de trabajo cada vez de mejor calidad. Por eso, esta es otra prioridad de la ONCE y su Fundación. En primer lugar, para los niños ciegos que, en número de más de 7.500 son atendidos por la ONCE, en colaboración con las comunidades autónomas, para que puedan asistir a las clases en igualdad con sus compañeros. Y lo hacen gracias a nuestros más de 3.000 técnicos en educación, que se encargan cada día, en cualquier rincón, de hacer llegar a los niños y jóvenes ciegos la tecnología y las adaptaciones que les permiten seguir las clases y avanzar hacia el futuro.

Pero además, desde Fundación ONCE, la formación de las personas con discapacidad es una realidad a la que dedicamos todo nuestro esfuerzo. Sólo en 2008, un total de 5.300 personas con discapacidad se han formado para mejorar sus posibilidades para encontrar un empleo o mejorar el actual. A este dato, se suman los más de 21.000 vendedores de la ONCE, que todos los años reciben cursos de formación de nuevos productos, nuevas técnicas de venta y manejo de la tecnología con la que trabajan.

Desde el inicio de la ONCE se impulsó la diversificación empresarial para que los ciegos y el resto de personas con discapacidad fueran capaces de encontrar trabajo fuera del sector del juego, demostrando además sus posibilidades para desenvolverse en cualquier ámbito laboral. Se apostó por proyectos empresariales que cumplieran dos objetivos: ser rentables económica y socialmente.

Por esto, desde principios de los años 90, la ONCE cuenta con una Corporación Empresarial ONCE (Ceosa), que da empleo a más de 15.000 personas -el 10% con discapacidad-.Y desde Fundación ONCE se ha impulsado Fundosa, otro grupo formado en su mayor parte por empresas en las que el nivel de personas con discapacidad en las plantillas ronda el 70%, lo que nos les impide ser rentables.

Sin embargo, este modelo de la ONCE y su Fundación, absolutamente consolidado, se basa en la solidaridad de la ciudadanía española que compra nuestros productos de juego todos los días: saben que colaboran en la creación de una sociedad mejor para todos y que, cuando nos necesiten, -porque todos podemos tener una discapacidad en algún momento de nuestra vida-, nos encontrarán y nos tendrán a su lado porque nosotros, 70 años después, "Seguimos cumpliendo", también en Ávila.