- Diario de una perdida
Perdularia, depravada, libertina. Golfa, descarriada, disoluta. Pornógrafa. Para los más compasivos, acaso una mujer de moral ciertamente despistada. En cualquier caso obscena, porque no sólo cultivaba una vida envilecida sino que la puso por escrito, escandalizando a propios, ajenos y amancebados. Ríanse ustedes de esta cosa lechuguina tan en boga hoy llamada bioficción.