- «Dora Maar encarna una fascinante contradicción entre la independencia y la sumisión»
El escritor Michel Leiris la llamaba «el lirio negro». Fue íntima amiga de Jaqueline Lamba, de Éluard, de Giacometti, Breton… amó y fue amada por Picasso, buscó refugio en la fe, vivió la ocupación francesa, la huida de su padre, la muerte al teléfono de su madre.
- Desmontando prejuicios sobre la misógina surrealista
Hay mujeres superlativas, bárbaras, feroces, tímidas, aristocráticas, excesivas, delirantes, fatales, altas y en descenso, ávidas, místicas, luminosas, en expectativa de días, soñadas, esquivas, ásperas, mujeres que juegan con aros en gimnasios vacíos, mujeres contenidas, sofisticadas, soberbias y humildes, mujeres bellas… y bellas damas sin piedad.
- «En el azar siempre hay una voluntad interior»
Sinalefa. Unión de la vocal o vocales finales de una palabra con la vocal o vocales iniciales de la siguiente, de manera que constituyen una única sílaba tanto a efectos fonéticos como métricos. Sinalefa.
- La primavera sombría de Zürn
Ciertas zonas del bosque; el aliento de un alacrán; el latido de la melancolía; el terreno confuso entre el deseo y la desidia. Todo ello pertenece al reino de lo sombrío. Pero no la primavera. Pero no. Sólo una, exacta, dolorosa. Tanto que va tejiendo una cadeneta del lado de la muerte hasta tensarla. Sólo una. La que escribiera Unica Zürn en 1969.
- Los campos magnéticos o la audacia del fuego
«Los sueños se dan la mano: ropas de mujeres azotadas, suspiros de pájaros muertos de hambre, grito de barcos de madera, profundidad de simas, submarinas. Un pez con la cabellera sucia se desliza entre los brazos de las plantas. Un molusco asustado lanza una mirada hacia toda el agua que le baña para descubrir en ella su sabor.
- «Lo más interesante para mí es encontrar lo sublime en el día, es decir, la noche que habita también dentro de la luz»
Las hojas rojas es un pasadizo a algunas angustias sutiles, a un sentimiento nítido de pertenencia a un tú al que se engarza con una voluntad última, casi con un designio. De nuevo lo onírico, el tiempo, la perplejidad constante. De nuevo cierta inocencia de la que el poeta no es consciente.
- Valentine Penrose o el hermetismo órfico del verso
Valentine Penrose. Acaso no les diga gran cosa el nombre.
- “La belleza no se convoca, la belleza se encuentra”
Imaginen una reunión a la que asisten (dinamitándola, por supuesto, desde las costuras del prodigio) Breton, Leonora Carrington, Mallarmé, Benjamín Péret, Dalí, Duchamp, Hanna Höch, Ernst, Roussel, Aragon, Buñuel… Que de ese encuentro delirante (saliéndose del surco, como lo etimológico indica) se produce una doble transmutación simbólica: a collage, a objeto.
- “Para Crevel la homosexualidad era, además de una opción vital, un desafío a la sociedad que le tocó vivir”
La muerte difícil (El Paseo). Con este título, tan extraño como un pájaro que agoniza, René Crevel (París, 1900-1935) construye una lisérgica historia de naufragios anónimos, ciegos atentos y enamorados en sedición de sí mismos. Leyéndola se mastica ese mismo don de la ebriedad que mencionó Claudio Rodríguez.
- A punto de consumarse la justicia poética para las mujeres surrealistas
Cinco sesiones intensas, lenguaces, exactas, poéticas, preparadas con el primor de trabajar sobre aquello que nos nombra.