El Consejo puso en marcha la campaña en la Semana Mundial del Paciente Ostomizado para visibilizar la ostomía como “una oportunidad para vivir”, además de subrayar la importancia del acompañamiento de expertos a lo largo de todo el proceso.

Según informó, la ostomía supone vivir con una bolsa adherida al abdomen a la que van las deposiciones del cuerpo, y ese es el caso de 70.000 personas en España.

En concreto, el cáncer de colon, de recto o de ano, la diverticulitis, la enfermedad inflamatoria intestinal e incluso algunos traumatismos graves son enfermedades frecuentes que pueden llevar a esta situación bien de forma temporal (60%) o bien para toda la vida (40%).

Dentro de este marco, el Consejo agregó que, a pesar de que los pacientes que reciben el apoyo de una enfermera estomaterapeuta pueden recuperar su vida normal, la escasez de estos profesionales hace que el proceso afecte a la emocionalidad del paciente. Y es que, como explicó Inmaculada Pérez, este “es un cambio para la persona con alteración de su imagen corporal y su aceptación”, y muchos pacientes no cuentan con este apoyo.

La suerte de dichos pacientes depende a menudo de la comunidad autónoma en la que residan. Como recoge el Libro Blanco de la Ostomía, mientras Cataluña, Extremadura, Valencia, Madrid, Cantabria y País Vasco, por este orden, se encuentran entre las regiones con más consultas de estomaterapia (con ratios inferiores a 300 pacientes por consulta), las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, Canarias, Baleares y Aragón se encuentran a la cola (con más de 400 pacientes por consulta).

Por ello, José Luis Cobos declaró que ahora es el momento de “retomar la creación de nuevas consultas e incrementar el número de horas que las enfermeras dedican a ellas”. De igual manera, recordó que “muchas de estas consultas están operativas un número de horas o de días muy concreto, a veces, un solo día por semana, y las enfermeras dedican solo parte de su tiempo a estos pacientes”.