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Universitarios en el aula

Formación superior

16 Mar 2022

Más de la mitad de quienes abandonan los campus lo hace durante el primer año

El Gobierno pide a las universidades programas contra el abandono de estudiantes mayores, hombres y con vulnerabilidad económica

Redacción / Madrid

El Gobierno asegura que "se deberían desarrollar en el interior de las universidades programas especiales para estudiantes con mayor riesgo de abandono: estudiantes mayores, hombres, con vulnerabilidad económica (utilizando indicadores como el nivel socioeconómico y cultural de sus familias, o el centro de educación secundaria del que proceden), y con peores notas de admisión a los grados".

Es una de las conclusiones del 'Estudio sobre el Abandono de los Estudios de Grado en el Sistema Universitario Español' presentado y puesto en marcha por el Ministerio de Universidades y desarrollado por la socióloga y profesora en la Facultad de Educación en la Universidad Complutense de Madrid María Fernández Mellizo-Soto.

El estudio muestra que "el abandono universitario de los estudios de Grado en universidades presenciales, entre estudiantes que ingresaron en el curso 2015-16 de nacionalidad española, afecta al 13% del estudiantado. Una cifra que desciende al 11% cuando se trata de estudiantes menores de 30 años. Una cifra semejante al de otros países de la OCDE".

Para llegar a esas conclusiones, se ha estudiado una cohorte que ingresó en los estudios de Grado en el curso 2015-16 (siendo responsable de las políticas universitarias el ministro del Partido Popular Íñigo Méndez de Vigo). El departamento del actual ministro, Joan Subirats, justifica esa cohorte porque "se necesitan datos longitudinales de cuatro cursos al menos para calcular el abandono de los estudios".

"Aplicando no sólo la restricción de la cohorte de ingreso en la universidad, sino también a estudiantes de universidades presenciales, menores de 30 años y de nacionalidad española, los datos con los que finalmente se ha trabajado son de casi 240.500 estudiantes. Este estudio, al tratarse de la cohorte que ingresó en el curso 2015-2016, todavía no da cuenta de los efectos de las políticas que ha puesto en marcha este ministerio, de bajada de los precios públicos en grado y máster y del aumento de becas universitarias a lo largo de la presente legislatura", se matizó en el resumen ejecutivo del estudio.

FACTORES

El documento muestra que más de la mitad de quienes abandonan los campus lo hace durante el primer año por una serie de factores que abarcan desde variables de naturaleza individual y familiar, el rendimiento del alumno en el primer año, el precio de la matrícula (más cara, más probabilidad de abandono), la edad (si los alumnos son más mayores abandonan más) y el origen socioeconómico (si son de entornos vulnerables suelen dejar más los estudios). Además, hay más probabilidad de tirar la toalla en las ramas de Artes y Humanidades (con peor nota de admisión), frente a los de Ciencias de la Salud, "que son quienes más continúan estudiando". También, si la universidad es grande, hay más posibilidades de no terminar la carrera.

A partir de estas realidades, el Ministerio de Universidades extrae unas conclusiones y propone emprender acciones concretas como trabajar en prevenir el abandono en el primer curso y bajar el precio de las matrículas. La insularidad es otra cuestión que también muestra un mayor fracaso de los estudiantes universitarios.

"Debería profundizarse en el conocimiento de los procesos y situaciones personales que conducen al abandono con métodos cualitativos con el fin de diseñar mejores acciones y programas de prevención del abandono universitario, como por ejemplo a través de la puesta en marcha de programas de mentorías, tutorías y orientación en los centros universitarios", señaló el citado documento.

Respecto a los programas que el departamento de Subirats pide a las universidades para actuar en perfiles más proclives al abandono (los mencionados de estudiantes mayores, hombres y con vulnerabilidad económica), "deben combinar dos elementos: por un lado, un refuerzo y

seguimiento que permita mejorar el rendimiento dado que en muchos casos si mejora el rendimiento las desventajas de estos colectivos se desvanecen; por otro lado, en el caso de las y los estudiantes con vulnerabilidad económica puede ser necesario reforzar sus ayudas económicas para que no tengan que abandonar tras un mal rendimiento temprano en la universidad".