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Antonio Guterres

Cumbre del clima

7 Nov 2022

"La humanidad tiene una opción: cooperar o perecer”, afirma en la Cumbre del Clima

Guterres: “Estamos en una carretera al infierno climático con el pie todavía en el acelerador”

Redacción / Madrid

El secretario general de la ONU, António Guterres, afirmó este lunes que la humanidad se encuentra en “una carretera al infierno climático con el pie todavía en el acelerador”, por lo que tiene que “cooperar o perecer” para evitar los peores efectos del calentamiento climático. Guterres hizo esas consideraciones al inicio de la cumbre de líderes de implementación climática, que inauguró la 27ª Cumbre del Clima -conocida como COP27- en Sharm el-Sheikh (Egipto).

Indicó que la “en solo unos días” la humanidad llegará a 8.000 millones de personas, pero las emisiones de gases de efecto invernadero siguen creciendo, las temperaturas globales aumentan y el planeta “se acerca rápidamente a puntos de inflexión que harán que el caos climático sea irreversible”.

“El tiempo corre. Estamos en la lucha de nuestras vidas. Y estamos perdiendo”, indicó, antes de añadir: “Estamos en una carretera al infierno climático con el pie todavía en el acelerador. La guerra en Ucrania y otros conflictos han causado tanto derramamiento de sangre y violencia, y han tenido impactos dramáticos en todo el mundo, pero no podemos aceptar que nuestra atención no esté centrada en el cambio climático”, comentó.

Guterres señaló que el cambio climático se sitúa en “una línea de tiempo diferente y en una escala diferente”. “Es el tema definitorio de nuestra era. Es el desafío central de nuestro siglo. Es inaceptable, escandaloso y contraproducente dejarlo en un segundo plano. De hecho, muchos de los conflictos actuales están relacionados con el creciente caos climático. La guerra en Ucrania ha expuesto los profundos riesgos de nuestra adicción a los combustibles fósiles”, dijo.

Para Guterres, “la actividad humana es la causa del problema climático”, así que “debe ser la solución” porque “la ciencia es clara: cualquier esperanza de limitar el aumento de la temperatura a 1,5 grados significa lograr cero emisiones netas globales para 2050”.

Nos estamos acercando peligrosamente al punto de no retorno. Y para evitar ese terrible destino, todos los países del G20 deben acelerar su transición ahora, en esta década. Los países desarrollados deben tomar la iniciativa, pero las economías emergentes también son fundamentales para doblar la curva de emisiones globales”, sentenció.

PACTO DE SOLIDARIDAD CLIMÁTICA

Por otro lado, Guterres llamó a “un Pacto de Solidaridad Climática” entre países ricos y emergentes con el que todos se esfuercen esta década en reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en línea con el objetivo del Acuerdo de París de limitar el calentamiento del planeta a 1,5 grados más respecto a la era preindustrial.

Ese pacto, añadió, supondría que países ricos e instituciones financieras internacionales ofrezcan asistencia financiera y técnica para ayudar a las economías emergentes a acelerar su transición hacia las energías renovables y para poner fin a la dependencia de los combustibles fósiles y la construcción de nuevas plantas de carbón, de manera que se elimine gradualmente el carbón en los países de la OCDE para 2030 y en todos los demás para 2040.

“Las dos economías más grandes, Estados Unidos y China, tienen una responsabilidad particular de unir esfuerzos para hacer realidad este Pacto. Esta es nuestra única esperanza de alcanzar nuestros objetivos climáticos. La humanidad tiene una opción: cooperar o perecer. Es un Pacto de Solidaridad Climática o un pacto de suicidio colectivo”, apostilló.

Cerca de 3.500 millones de personas viven actualmente en países altamente vulnerables a los impactos climáticos. La Cumbre del Clima del año pasado, celebrada en Glasgow (Reino Unido), concluyó con el compromiso de los países desarrollados de duplicar la financiación a la adaptación de esas naciones vulnerables hasta alcanzar 40.000 millones de dólares anuales para 2025.

Guterres reclamó “una hoja de ruta” en este sentido porque las necesidades de adaptación climática podrían aumentar a más de 300.000 millones de dólares anuales para 2030. “La mitad de toda la financiación climática debe ir a adaptación”, sentenció.

Abogó por que las instituciones financieras internacionales y los bancos multilaterales de desarrollo cambien su modelo de negocio, aumenten la financiación de la adaptación y movilicen mejor la financiación privada para invertir en acción climática.

PÉRDIDAS Y DAÑOS

“Al mismo tiempo, debemos reconocer una dura verdad: no hay forma de adaptarse a un número creciente de eventos catastróficos que causan un enorme sufrimiento en todo el mundo. Los impactos mortales del cambio climático están aquí y ahora. Las pérdidas y los daños ya no se pueden esconder debajo de la alfombra”.

En este sentido, consideró “un imperativo moral” y “una cuestión fundamental de solidaridad internacional y de justicia climática” establecer mecanismos de pérdidas y daños porque “los que menos contribuyeron a la crisis climática están cosechando el torbellino sembrado por otros”.

“Por eso pido una cobertura universal de los sistemas de alerta temprana en un plazo de cinco años. Y es por eso que pido que todos los gobiernos cobren impuestos sobre las ganancias extraordinarias de las empresas de combustibles fósiles. Redirijamos ese dinero a las personas que luchan contra el aumento de los precios de los alimentos y la energía, y a los países que sufren pérdidas y daños causados ​​por la crisis climática”, indicó.

Para abordar las pérdidas y daños, la COP27 debe acordar “una hoja de ruta clara y con plazos”, según Guterres, y obtener resultados concretos en este apartado es “una prueba de fuego del compromiso de los gobiernos con el éxito” de la Cumbre del Clima en Sharm el-Sheikh.