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Inundaciones

Medio ambiente

21 Dic 2022

Afirma que proteger la biodiversidad es “el mejor plan de rescate”

Greenpeace califica 2022 como ‘annus horribilis’ para el medio ambiente en España

Redacción / Madrid

La organización Greenpeace tildó este martes 2022 como ‘annus horribilis’ para el medio ambiente en España debido a impactos agravados por el calentamiento global y la pérdida de biodiversidad.

“Cuando hablamos de olas de calor, de sequías o inundaciones, muchas personas hablan de la naturaleza, de que no depende de nosotros. Sin embargo, las actividades y decisiones humanas son el origen de eventos extremos, con lo que está en nuestra mano la protección de la biodiversidad y del clima, para prevenir los grandes desastres que estamos viviendo y que se prevé que aumenten en el futuro”, dijo Maria José Caballero, responsable de campañas de Greenpeace.

OLAS DE CALOR

España registró 41 días de olas de calor en 2022, la cifra más alta desde al menos 1975, según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). La del 9 al 26 de julio fue la más extensa jamás registrada (afectó a 44 provincias) y la más intensa (con 4,5 grados de anomalía térmica).

Según Greenpeace, las olas de calor provocan impactos en la salud humana (problemas mentales, del sistema nervioso y mortalidad), la agricultura (pérdidas de cultivos), la ganadería (muerte y estrés físico animal), los bosques (en riesgo de incendio extremo), los ecosistemas (deterioro y pérdida) y las reservas de agua (merma o desaparición), entre otros.

AGUA

Pese a las recientes lluvias, las reservas actuales de agua embalsada apenas superan un 35,7%. El año hidrológico 2021-2022 fue uno de los tres más secos de la serie histórica y concluyó el pasado septiembre con precipitaciones un 25% inferiores a la media. Las reservas de agua embalsada son las más bajas en los últimos 27 años.

Actualmente, Andalucía y la parte de Cataluña donde se concentra el 80% de su población están en situación de alerta por sequía, con restricciones de uso de agua, según Greenpeace.

Además de la sequía agravada por el cambio climático, la gestión política hace que más del 80% del agua se destine al regadío intensivo e industrial en detrimento de la agricultura más tradicional y familiar, y pone en riesgo el consumo humano, apuntó Greenpeace.

INCENDIOS

“No es casual que un mal año de sequía sea un mal año de incendios”, recalcó Greenpeace, que añadió que el 95% de los fuegos forestales tienen un origen humano. “Un territorio más caliente, más seco y, por tanto, más inflamable es el escenario perfecto para que ocurra un incendio de alta intensidad”, añadió.

Este 2022 ha sido el peor de los últimos 28 años al quemarse unas 268.000 hectáreas, el triple de la media de la última década, y se han declarado 56 grandes incendios forestales, responsables de más del 80% de la superficie quemada.

Tras las llamas, las consecuencias negativas de los incendios continúan por largo tiempo, como la contaminación por arrastre de cenizas que afecta a los ríos y recursos pesqueros como el marisco, y restricción de consumo de agua potable por contaminación de cenizas, según Greenpeace.

INUNDACIONES Y DANAS

España cuenta con cinco millones de personas que viven en zonas inundables (un 10% de la población). La ciencia prevé que el cambio climático provoque una mayor frecuencia de lluvias torrenciales, así como una subida del nivel del mar y, por ello, aumenta el riesgo de inundaciones.

Greenpeace indicó que algunas actividades humanas generan el riesgo de inundación, como la mala ocupación del suelo -es decir, asentamientos en zonas inundables- y la alteración de las dinámicas costeras (destrucción de ecosistemas, alteración de la recarga natural de playas, sobreexplotación de acuíferos, etc.).

Los meses de sequía que se alternan con temporadas de grandes aguaceros comienzan a ser una normalidad en el calendario de eventos, tanto que las compañías aseguradoras están comenzando a incluir cláusulas para no cubrir desperfectos por inundaciones, según Greenpeace.

PLAN DE RESCATE

Para Greenpeace, la única forma de frenar el calentamiento global es dejar de emitir gases de efecto invernadero, que provienen principalmente de la quema de combustibles fósiles. Por ello, la medida más efectiva para reducir los impactos del cambio climático se refiere a que España aumente su objetivo de reducción de emisiones de efecto invernadero hasta un 55% en 2030 (con respecto a 1990).

Frenar la crisis de pérdida de biodiversidad es igual de urgente que frenar la crisis climática y, además, las medidas de protección de la biodiversidad son esenciales para frenar ambas, según Greenpeace.

“Tenemos el plan de rescate para la humanidad con soluciones climáticas y de protección a la biodiversidad. Necesitamos voluntad política para priorizar un planeta seguro por encima de intereses particulares. No tiene sentido hablar de municipio seguro cuando se incumplen planes preventivos, cuando no se reducen las emisiones, se edifica en zonas inundables o se extrae agua para regadío intensivo mientras se restringe el uso de agua para la población. Esto sale caro y peligroso”, subrayó Caballero.