Cruz Roja alertó de que todos los ecosistemas acuáticos de España se encuentran expuestos a la llegada de estos materiales, que pueden ser ingeridos directa o indirectamente por las personas, con consecuencias para la salud por su propia ingesta o la liberación de los aditivos químicos de los que están compuestos.

Los microplásticos aparecieron en ecosistemas acuáticos como ríos, embalses, lagunas, aguas subterráneas y de consumo. Señaló que, incluso, muchas de las fibras de la ropa sintética están en suspensión, es decir, también se respiran y se tragan.

Este estudio, iniciado en 2021, evolucionó hasta convertirse en una red de seguimiento que proporciona datos y busca concienciar a la sociedad sobre la magnitud del problema, ya que “por primera vez, todas las muestras contuvieron microplásticos”, explicó Cruz Roja.

“Lo que consumimos, cómo vestimos, lavamos la ropa o los platos afecta a la aparición de estos residuos en el agua, a través de los desagües, que llegan a ríos y mares”, señaló la técnica de Medio Ambiente de Cruz Roja, Paloma García.

Estos microplásticos tienen multitud de orígenes, desde el desgaste de los neumáticos de un coche hasta las fibras que se encuentran en las colillas de los cigarros, o los trozos que se desprenden de los desechos plásticos, detalló la organización.

Pese a que esté extendida esta presencia en el agua, “no debería ser normal ni se debería normalizarlo, puesto que puede afectar a la salud de las personas”, añadió García.

También señaló que “falta legislación que impida la aparición de nuevos microplásticos en el ambiente, ya que habría que evitar materiales plásticos que puedan romperse o dejar residuos en lugares donde hay contacto con el agua”, explicó.