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Conflictos armados

Guerras

7 Jun 2023

La mayoría en Etiopía y Ucrania, según un informe de la Universidad de Uppsala (Suecia)

Las guerras mataron a 237.000 personas el año pasado, la cifra más alta desde 1994

Redacción / Madrid

Al menos de 237.000 personas murieron el año pasado por la violencia organizada, como conflictos o guerras, lo que supone un 97% más respecto a 2021 y la cifra más alta desde el genocidio de Ruanda de 1994. Así se desprende de un nuevo informe del Programa de Datos de Conflictos (UCDP, por sus siglas en inglés) de la Universidad de Uppsala (Suecia), y publicado este miércoles en la revista ‘Journal of Peace Research’.

“Vemos este aumento a pesar de una considerable desescalada en los dos conflictos más mortíferos de 2021: Yemen y Afganistán. En cambio, la violencia en Etiopía y Ucrania se intensificó drásticamente”, indica Shawn Davies, analista sénior de UCDP.

Las guerras en Etiopía y Ucrania causaron el año pasado al menos 180.000 muertes relacionadas con la violencia. Se trata de una estimación baja, ya que la información de estos conflictos es escasa y está sujeta a una amplia propaganda.

Es probable que el UCPD revise significativamente las cifras a medida que se disponga de más información. Aun así, los datos muestran que el año pasado murieron más personas en esos dos conflictos en todo el mundo que en 2021.

“Una percepción común es que la guerra de Rusia en Ucrania fue el conflicto más sangriento de 2022, pero, de hecho, más personas murieron en Etiopía, donde el Frente Popular de Liberación de Tigray ha luchado contra el Ejército etíope, este último apoyado por Eritrea, desde finales de 2020”, indica Davies.

Tanto en Etiopía como en Ucrania, los combates se han caracterizado por la guerra de trincheras y las partes en conflicto han sido acusadas de utilizar tácticas de oleadas humanas. Este tipo de guerra ha contribuido al alto número de bajas.

La invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022 es la primera guerra interestatal a gran escala en 20 años. Incluso si los conflictos entre Estados siguen siendo una ocurrencia relativamente rara, han aumentado en los últimos años.

“También se ha vuelto más común que Estados externos envíen tropas de apoyo a grupos rebeldes que luchan contra otros gobiernos, lo que esencialmente significa que los ejércitos estatales luchan entre sí”, recalca Therese Pettersson, líder de proyecto en UCDP.

NÚMERO ALTO DE CONFLICTOS

El número de conflictos activos en el mundo se mantiene en un nivel históricamente alto. La UCDP registró el año pasado 55 conflictos diferentes en los que un Estado estuvo involucrado en uno o ambos bandos. En cambio, de 2000 a 2013 hubo entre 31 y 39, mientras que el número anual varió entre 52 y 56 desde 2015.

“Aunque la mayoría de los conflictos son pequeños, la cantidad de guerras aumentó de cinco en 2021 a ocho en 2022. Los conflictos que causan al menos 1.000 muertes relacionadas con batallas durante un año calendario se consideran guerras”, aclara Pettersson.

El número de conflictos no estatales, en los que grupos rebeldes u otros actores armados organizados luchan entre sí, también se mantiene en un nivel récord. La UCDP registró 82 en 2022.

Nueve de los 10 conflictos no estatales más mortíferos del año ocurrieron en México, donde los cárteles de la droga rivales han luchado entre sí por el territorio desde la década de 1980. La violencia relacionada con las pandillas también se ha intensificado en Brasil, Haití, Honduras y El Salvador durante los últimos años.

Además, el año pasado aumentó la llamada violencia unilateral, cuyo objetivo son los civiles. Al menos 11.800 civiles murieron en este tipo de violencia intencional y dirigida, llevada a cabo por 45 Estados diferentes o grupos organizados.

Daesh es el actor con más muertes cometidas a civiles en este tipo de conflictos unilaterales, aunque algunos Estados también atacaron a civiles a gran escala en varios conflictos. Por ejemplo, Rusia y Eritrea usaron violencia extensiva contra civiles en las guerras en Ucrania y Etiopía, respectivamente.