Con una muestra de 1.386 alumnos y recién graduados con discapacidad de 57 universidades, esta investigación busca medir el grado de inclusión de las personas con discapacidad en el sistema universitario español y mostrar la evolución que se ha producido durante los once cursos académicos transcurridos desde el arranque de este proyecto.

Revela que un 44% de los alumnos con discapacidad declararon que participan en actividades académicas “siempre que pueden”, aunque más de un 25% tienen la sensación de que se les “aísla” al intervenir en este tipo de eventos.

Esta participación resulta inferior cuando se trata de actividades fuera del ámbito académico (ocio y tiempo libre, deportes, etc.), ya que el porcentaje desciende al 14% para los que lo hacen de forma habitual.

Consultados sobre los obstáculos que dificultaron su inclusión, el 62,7% de los universitarios señalaron la existencia de barreras arquitectónicas o la falta de adaptación curricular, de exámenes y de materiales en general. El 51% apuntaron a las relaciones con el profesorado; otro 43,8% hablaron de “dificultades diversas”; un 43% mencionaron “temas de tipo burocrático”, y el 35,3% destacaron los “problemas con otros estudiantes”.

PERFIL

En el curso 2021-22, el número de estudiantes con discapacidad en la universidad española fue de 22.156, lo que representa un 1,6% del alumnado total (1.386.981).

De los primeros, el 51,9% llevaba a cabo sus estudios en universidades presenciales, mientras que el 48,1% lo hacía en universidades a distancia.

En cuanto al sexo, el porcentaje de mujeres matriculadas en el curso 2021-2022 en las universidades españolas fue del 56%, frente al 44% de varones.

El 13,1% de las alumnas consideran que el hecho de ser mujer les supuso “mayores dificultades y un trato discriminatorio en el acceso a sus estudios”, obstáculos que, según el 14,4%, se mantuvieron a lo largo de sus carreras.

Otro resultado del informe apunta al descenso del porcentaje de estudiantes con discapacidad a medida que avanza el nivel formativo. De representar el 1,3% de la matrícula en los grados (primer y segundo ciclo), pasan al 0,1 en los estudios de posgrado, master y doctorado.

Por tipo de discapacidad, la física u orgánica representa un 34,1% del total de estos estudiantes. Le siguen la discapacidad intelectual o del desarrollo, con un 13,3% del total; la sensorial (10,9%), y la de tipo psicosocial o relacionada con la salud mental, con un 4% de estudiantes.

Atendiendo a la rama de estudios, el mayor número de alumnos con discapacidad estaba matriculado en disciplinas de Ciencias Sociales y Jurídicas. Figuran a continuación las matriculaciones en carreras STEM y, por último, los estudios de Artes y Humanidades.

La fotografía varía en cambio si se considera la proporción de estudiantes con discapacidad respecto al total de alumnos. Así, el porcentaje más elevado se dio en la rama de Artes y Humanidades, con un 2,2%; Ciencias Sociales y Jurídicas, con un 1,2%, y en los estudios STEM (0,7%).

EMPLEO

El trabajo destaca que un 60,6% de los estudiantes con discapacidad consideran que tendrán más dificultades que el resto de sus compañeros a la hora de encontrar empleo.

De cara al futuro, un 60,5% de estos alumnos cifraban sus expectativas en “seguir ampliando su formación al finalizar sus estudios”, mientras que un 54% pensaban buscar un trabajo relacionado con la formación cursada.

El 31% afirmaron que optarían por el empleo público y un 21% que desarrollarían su carrera profesional dentro del ámbito académico. Por debajo del 20% figuran opciones como el emprendimiento, con un 14,9%, y cambiar de formación, con un 5,3%. Por último, solo un 15,6% de los estudiantes afirman haber recibido orientación laboral por parte de la oficina de empleo.

SERVICIOS

El 96,5% de las universidades participantes contaban con un servicio encargado de la atención a las personas con discapacidad, la mayoría dependiente de algún vicerrectorado, especialmente del de estudiantes. En 9 de cada 10 universidades esta atención se gestiona a través de un servicio, oficina o área interna de la propia institución educativa.

El 80% de los Servicios de Atención a Estudiantes con Discapacidad de las universidades consultadas disponen de un Servicio de Asesoramiento y Orientación Psicoeducativa.

En la edición anterior de este estudio, un total de 2933 estudiantes con discapacidad aseguraron haber recibido este apoyo (1.356 hombres y 1.577 mujeres). Resulta muy significativo el aumento de estudiantes atendidos en el curso 21/22, con un total de 7.284.

En cuanto al asociacionismo, un 47,4% de las universidades reportaron participación de universitarios con discapacidad en asociaciones de estudiantes, aunque el porcentaje de universidades que tiene asociaciones de estudiantes con discapacidad no llega al 10%.

Un 22,8% de las universidades aseguran tener en cuenta a las personas con discapacidad en el diseño de todos los planes de estudio en los distintos grados universitarios. Además, se desarrollan actividades de I+D+i en materia de discapacidad en más de un 85% de las universidades. Dentro de estas, destacan los proyectos de investigación relacionados con la discapacidad.

ACCESIBILIDAD

En el curso 2021-2022, casi 9 de cada 10 universidades habían evaluado sus niveles de accesibilidad (86%).

Sus análisis se centraron en espacios físicos tales como bibliotecas y centros universitarios (91,7%); las zonas de restauración (75%); las instalaciones deportivas (70,8%); los recursos digitales, como webs de la universidad o campus virtuales (70,8%), y las herramientas informáticas (66,7%).

En el mismo curso, un 45,6% de las universidades encuestadas indicaron que tenían implementados planes de accesibilidad universal y diseño para todas las personas para mejorar la accesibilidad. El trabajo subraya por último que el 92% de los estudiantes afirman no tener ninguna dificultad en cuanto al acceso al campus virtual y al resto de servicios 'online'.