Uno de esos artefactos es su Calendarium Gregorianum, su almanaque, ya de tal fama que hasta el Zaragozano queda eclipsado. «Se busca persona a quien todavía le queden ideales. Preferiblemente implicada, de manera activa, en la lucha frente a lo inauténtico, con ganas de aprender a actuar sin precipitación ante lo inesperado, y que, aunque se halle atravesada por diversas controversias reflexivas, esté dispuesta a darlo todo tanto para poner de moda una discoteca obrera, como para involucrarse, con suficiente sinceridad, en proyectos de otra índole». Si usted no responde a este perfil, mejor que no siga leyendo ni adquiera uno de estos calendarios. Mejor, sí, adquiéralo en cualquier caso. A veces, opera el milagro. 

    A cada mes le corresponde una fotografía desconcertante con una propuesta poético-práctica, puesto que la intención es no quedarse solo en la esfera de estupor, sino poner en práctica la proposición: «¿Es posible tirar algo importante al agujero del olvido?» leemos en febrero, mes en el que, entre otros hitos destacados, encontramos el suicidio de Violeta Parra (5 de febrero), el nacimiento de Clara Campoamor (12), el arresto de Galileo (13), la combustión obligada de Giordano Bruno (17) o el estreno en 1981 de la película Deprisa, deprisa (24). 

    Solo bajo el ritmo temporal de este calendario uno puede disfrutar enteramente de 2022. Mucho más si se adereza esta publicación con otras salidas de las imprentas del Almacén de Análisis. Album-Enciclopedia musical, por ejemplo, en su nueva edición limitada y ampliada y patrocinada por ANTCE, Asociación Nacional de Trasplantados de Cerebro. 

    «El asunto va de eso, / de meros sonidos,/ de ruidos,/ de animales que manifiestan sensaciones,/ que interpretan melodías espontáneas/ una forma imprevisible de comunicar/ que está más allá del saber», leemos a la entrada de esta cúmulo (musical) de saber, en el que podemos encontrar a «algunos filósofos malogrados» como Benavente, Antonio Vega o Pepe Sales. Este volumen (encuadernado a mano) incluye, además, serias interpelaciones al lector («¿y cuál fue exactamente el impacto ideológico del reguetón? Razone la respuesta». Por ejemplo.

    Entren en su página web para deleite de los ojos, del espíritu, del cuerpo glorioso. No regresarán indemnes.