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Déficit

Política económica

22 Abr 2022

La guerra en Ucrania ha interrumpido la recuperación económica mundial

El FMI estima que España cierre 2022 con un déficit del 5,7% y una deuda del 116,4%

Servimedia / Madrid

El Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que España cerrará 2022 con un déficit público del 5,7% del PIB, para posteriormente bajar al 5,5% en 2023 y 5,4% en 2024, mientras que en el caso de la deuda calcula que España finalizará el año con una ratio del 116,4% del PIB, tras el 118,7% de 2021.

Así se refleja en el informe fiscal publicado por el organismo internacional, que indica que la guerra en Ucrania ha interrumpido la recuperación económica mundial y presiona al alza los ya de por sí elevados niveles de déficit y deuda que buena parte de los países vienen arrastrando de crisis anteriores.

En comparación con otras economías avanzadas, el déficit calculado para España en 2022 es inferior al 5,6% que el FMI prevé para Francia y el 6% de Italia, pero superior al 3,3% de Alemania y al 4,3% para el conjunto de la zona euro.

En lo relativo a la deuda pública, el organismo internacional calcula que en el caso de España bajará al 115,9% en 2023, 114,7% en 2024 y 114,5% en 2025, manteniéndose en el mismo nivel en 2026 y subiendo al 114,6% en 2027.

En este caso, el 116,4% del PIB previsto para España en 2022 es inferior al 150,6% de Italia, pero superior al 95,2% del conjunto de la eurozona, el 70,9% de Alemania y el 112,6% de Francia.

Por otra parte, en su informe el FMI apunta que en países como España, Bélgica, Italia y Reino Unido, el apoyo fiscal suministrado por el sector público durante la pandemia ha prevenido un aumento de la desigualdad, pero no un incremento de la pobreza.

A nivel internacional, el FMI calcula un déficit a nivel mundial del 4,9% en 2022, tras el 6,4% de 2021, y del 4% en 2023 y 3,9% en 2024. En cuanto a la deuda, el FMI estima que a nivel mundial sea del 94,4%, tras el 97% de 2021, y que baje al 94,1% en 2023.

En cuanto al impacto de la guerra de Ucrania, el FMI señaló que la principal consecuencia se está registrando en el encarecimiento de la energía y los alimentos, elevando la inflación. Esto, apunta el organismo internacional, ayuda a reducir los índices de deuda, pero, sin embargo, advierte que el posible endurecimiento de la política monetaria para frenar la inflación aumentará los costes del endeudamiento y reducirá el alcance del gasto público.

Por ello, el FMI señala que los Gobierno “están bajo presión” para hacer frente al aumento de precios de la energía y los alimentos debido a la toma de medidas para minimizar su impacto en los hogares y garantizar la seguridad alimentaria y el malestar social.