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Temperaturas

Emergencia climática

3 Nov 2022

"Es el vivo reflejo de un mundo que se calienta”, según la Organización Meteorológica Mundial

Las temperaturas en Europa suben más del doble que la media mundial en 30 años

Redacción / Madrid

El aumento de la temperatura observado en Europa en los últimos 30 años es más del doble que el registrado en el mundo y ningún otro continente se ha calentado “de forma tan notable” en este periodo de tiempo.

Así se recoge en el informe ‘Estado del clima en Europa’, elaborado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) -agencia de la ONU especializada en el tiempo, el clima y el agua- y el servicio de Copernicus relativo al cambio climático (C3S) de la UE, y dado a conocer este miércoles, a pocos días del inicio de la 27ª Cumbre del Clima o COP27, que se celebrará en Sharm el-Sheikh (Egipto).

El informe indica que la sociedad, las economías y los ecosistemas se verán afectados por episodios de calor excepcionales, incendios forestales y crecidas a medida que continúe la tendencia al calentamiento, así como por otros efectos del cambio climático.

El documento, centrado en 2021, contiene información sobre el aumento de las temperaturas, las olas de calor terrestres y marinas, los fenómenos meteorológicos extremos, los cambios en la configuración de las precipitaciones y el retroceso del hielo y la nieve.

Las temperaturas en Europa han aumentado “significativamente” entre 1991 y 2021 a un ritmo medio de 0,5 grados más por década, según el informe. En consecuencia, los glaciares alpinos perdieron 30 metros de espesor de hielo entre 1997 y 2021, y el manto de hielo de Groenlandia se está derritiendo y contribuye a acelerar la subida del nivel del mar.

En el verano de 2021, Groenlandia experimentó un episodio de deshielo y, por primera vez, se registraron precipitaciones en su punto más alto, la estación Summit Camp.

Los fenómenos meteorológicos y climáticos de gran impacto provocaron el año pasado cientos de víctimas mortales, afectaron directamente a más de medio millón de personas y causaron pérdidas económicas que superaron los 50.000 millones de dólares (unos 50.500 millones de euros). El 84% de esos fenómenos fueron crecidas o tormentas.

Sin embargo, no todo son malas noticias. En Europa, varios países han logrado reducir notablemente las emisiones de gases de efecto invernadero. La UE las recortó en un 31% entre 1990 y 2020, y ha fijado un objetivo de reducción neta del 55% para 2030.

REDUCCIÓN DE EMISIONES

Europa es también una de las regiones más avanzadas en materia de cooperación transfronteriza para la adaptación al cambio climático, en particular en las cuencas fluviales transnacionales. Es uno de los líderes mundiales en la implantación de sistemas eficaces de alerta temprana, puesto que el 75% de su población está protegida por ese tipo de sistemas. Y los planes de acción establecidos para abordar los efectos del calor en la salud han permitido salvar muchas vidas del calor extremo.

“Europa es el vivo reflejo de un mundo que se calienta y nos recuerda que incluso las sociedades bien preparadas no están a salvo de las consecuencias de los fenómenos meteorológicos extremos. Este año, al igual que en 2021, amplias zonas de Europa se han visto afectadas por extensas olas de calor y sequías, que han alimentado incendios forestales. En 2021, los excepcionales episodios de crecidas causaron muerte y destrucción”, indicó Petteri Taalas, secretario general de la OMM.

Taalas recalcó que el continente debe mantener “el buen ritmo en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero” y establecer “objetivos más ambiciosos”. “Europa puede desempeñar un papel decisivo en la consecución de una sociedad neutra en carbono a mediados de siglo y así cumplir lo dispuesto en el Acuerdo de París”, indicó.

“La sociedad europea es vulnerable al cambio climático y a la variabilidad del clima, pero Europa también está a la vanguardia de las iniciativas internacionales para mitigar el cambio climático y desarrollar soluciones innovadoras para adaptarse al nuevo clima con el que tendrán que vivir las europeas y los europeos”, afirmó Carlo Buontempo, director del C3S del Ecmwf (siglas en inglés del Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Medio Plazo).

EFECTOS DEL CLIMA

Por otro lado, el informe apunta que el cambio climático afecta a la salud de la población europea de múltiples maneras, por ejemplo, al provocar muertes y enfermedades causadas por fenómenos meteorológicos extremos cada vez más frecuentes, como las olas de calor; al multiplicar la incidencia de los casos de zoonosis y de las enfermedades transmitidas por los alimentos, el agua y los vectores, y al ocasionar problemas de salud mental.

En Europa, los fenómenos climáticos extremos más mortíferos son las olas de calor, en particular en el oeste y el sur del continente. La combinación de cambio climático, urbanización y envejecimiento de la población en esta región no solo genera vulnerabilidad al calor, sino que también la agrava aún más.

Las alteraciones debidas al cambio climático en la producción y distribución del polen y las esporas pueden conllevar un aumento de los trastornos alérgicos. Más de un 24% de los adultos que viven en la región europea padecen diversas alergias, incluida el asma grave, mientras que ese porcentaje oscila entre un 30 y un 40% entre los niños, y no deja de crecer.

El cambio climático también incide en la distribución de las enfermedades de transmisión vectorial. Cabe destacar el caso de las garrapatas (‘Ixodes ricinus’), que pueden transmitir la enfermedad de Lyme y la encefalitis transmitida por garrapatas.

Según la Oficina Regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para Europa, cerca de medio millón de personas murieron de forma prematura en 2019 en el continente por la contaminación antropógena del aire ambiente debido a partículas finas, una parte importante de las cuales se debió directamente a la quema de combustibles fósiles. Se calcula que la reducción de las emisiones de carbono podría evitar unas 138.000 muertes prematuras al año.

Por otra parte, la mayor parte de los daños causados por los incendios forestales se deben a episodios extremos para los que ni los ecosistemas ni las comunidades están adaptados. El cambio climático, la conducta de las personas y otros factores subyacentes crean las condiciones para que los incendios sean más frecuentes, intensos y devastadores en Europa, y ello entrañará notables consecuencias socioeconómicas y ecológicas.

En el ámbito del transporte, las infraestructuras y las operaciones están en riesgo tanto por el cambio climático como por los fenómenos extremos, como olas de calor, fuertes aguaceros, vientos intensos y niveles extremos del mar y de las olas. Los umbrales de resistencia a fenómenos meteorológicos utilizados para construir gran parte de las infraestructuras de transporte se calcularon teniendo en cuenta valores históricos, por lo que no son capaces de resistir los episodios extremos actuales.