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Objetivo de una cámara de fotos. En el fondo un mural de imágenes.

20 Ene 2009

El Escorial para discapacitados

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Hace unos cuantos domingos se nos ocurrió ir a la basílica del Monasterio del Escorial, en la cual se dijo la misa a la una del mediodía, cantada por los niños de la escolanía. Fuimos con una persona en silla de ruedas y voy a relatar el vía crucis anticipado que nos tocó vivir.

En primer lugar, no existe ningún aparcamiento para discapacitados en la famosa plaza del monasterio, por lo que la persona que nos acompañaba tuvo que dejarnos e irse a aparcar frente al Ayuntamiento, a más de 500 metros del lugar.

Para pasar hacia el centro de la plaza es necesario levantar unas cadenas pesadísimas y poder así introducir la susodicha silla de ruedas, tras lo cual accedimos al patio de la basílica. Allí comprobamos que no hay rampa ni suplemento alguno para subir las diez o doce escaleras que nos separaban de la entrada al templo.

Gracias a unos amables y compasivos visitantes, que nos ayudaron a tomar en volandas la silla y a su ocupante, llegamos a la puerta, comprobando que había un zócalo en la misma imposible de salvar por nuestro artilugio. De nuevo hubo que levantar la silla, y al fin entramos al templo. Una vez dentro nos quedamos boquiabiertos por no saber apreciar en otras ocasiones en las que lo habíamos visitado las maravillas que encierra esta joya de nuestro arte sacro, y nos alegramos de nuestra tozudez para arrostrar todos los inconvenientes que se nos pusieron para que desistiésemos de nuestro intento.

Sinceramente nos parece vergonzoso que Patrimonio, Ayuntamiento, Iglesia, o quien sea, no ponga remedio a este desatino.