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Cubierta del libro

Libros

4 Abr 2019

Nace la editorial Las migas también son pan

Cuando el rastro de migas nos lleva a los márgenes

Esther Peñas / Madrid

Las migas también son pan. Hermosa imagen que reivindican a las partes como intrínsecas porciones de la totalidad. Bello nombre para una editorial que publica textos de la orilla, de los márgenes, de los arrabales del canon. Su primer título, Y el fuego se extinguió en el mar… de Jacques d’Aledswärd-Fersen, con prólogo de Mirande Lucien y traducción al alimón de Ángel Hernando y Hugo Rodríguez. 

El escritor, francés, homosexual, dandy, exquisito, resulta una espléndida carta de presentación para esta delicada editorial. A juicio de una de su comandantes, Aurora Freijo, Fersen es “algo así como un pequeño Óscar Wilde, por esa vida desde luego en el margen, seguramente suicida por una dosis de cocaína y champán, y siempre buscando un hueco para lo que él llamaba el otro amor, para abanderar la causa homosexual de entonces, y en caso  próxima a la paidofilia”. El texto, por cierto, lo presentó Luis Antonio de Villena.

Una editorial en tiempos de guerra, o lo que es lo mismo, en época en la que la imagen lo es (¿lo es?) todo. “La idea de la editorial nace hace tres años, después de que una de nosotras firmara en la feria del libro. Nuestro amor por las lecturas compartidas, nuestra gran amistad desde hace años y el vino, que siempre viene a ayudarnos, como a los griegos y sus banquetes, hicieron surgir esta posibilidad. Y comenzamos la andadura”. 

Una editorial. El nombre. Las migas. El pan “Todos los nombre que se nos ocurrían resultaban un poco largos pero, lejos de verlo como una dificultad, concluimos que podría ser incluso una virtud. Elegimos al final este nombre de Las migas también son pan, tomado a su vez de un título de una obra/instalación del artista plástico cubano Wilfredo Prieto, quien muy generosamente, tras escribirle, nos permitió utilizarlo”, continúa Freijo. 

Son, claro, los márgenes, los arrabales, incluso algunas lecturas perdidas e incluso residuales. “Nos animaba también un poco esa idea del filósofo Agamben que habla de la exclusión inclusiva, o de la escritura fuera de palacio, si tomásemos la palabras de Pasolini, o una escritura menor si en este caso trajésemos al filósofo Deleuze”. 

De momento, la editorial cuenta con dos colecciones, ambas literarias. La primera, Piedras en los bolsillos, que toma su nombre tanto de esas piedras que colaboraron en el suicidio de Virginia Worlf, como de aquellas que Herta Müller portaba en la orilla del río en el que pensaba quitarse la vida ante la presión insoportable de la Securitate de su país. Desgraciadamente perdimos a Virginia, pero Herta está con nosotros. La segunda colección, 31 de febrero, “por ese lugar incierto e existente. En este caso hemos sustituido las piedras de la portada por una flor de cerezo, tomándola como imagen de aquello que está entre febrero y marzo. Y, como venimos del campo de la filosofía, las artes, y la psicología hemos pensado ya una tercera colección que seguramente se llamará En la punta de la lengua, en la que se incorporarán ensayos”.

Los próximos títulos tendrán nacionalidad alemana o austriaca. “Nos gustan, claro, Bernhard, Sebal, Jelinek, Müller... No sé, podríamos seguir con Cartarescu, Danilo kis, Robert Walser, Zagajeswki, Winkler, Chukri...”

Habrá que estar atentos.