Este protocolo está motivado por la necesidad de profundizar en la prevención, la detección y actuación frente a la violencia sexual en el deporte, de impulsar la sensibilización social en la materia y de trasladar los principios de protección a todos los niveles deportivos con una vocación de universalidad, según informó el Consejo Superior de Deportes (CSD), que recogerá durante las próximas semanas las sugerencias de las federaciones antes de cerrar el documento.

El texto, que actualiza el de 2014, establece un procedimiento de actuación ante este tipo de situaciones más ágil y sencillo, profundiza en los contenidos y amplia los recursos con los que prevenir y actuar. En este sentido, recoge nuevas recomendaciones y códigos de buenas prácticas que permiten proteger interna y externamente a todos los integrantes de las FFDD ante cualquier tipo de situación de violencia sexual.

"Es una materia prioritaria en la que debemos dar ejemplo y ser una referencia”, apuntó De Arístegui, quien añadió: "La elaboración de este protocolo persigue propiciar una mayor sensibilización social en la protección frente a la violencia sexual en el deporte, un aspecto esencial que nos permitirá conectar con la sociedad en general y con la opinión pública. Además con este protocolo hacemos un mayor esfuerzo en la protección de los deportistas, con una atención especial a los menores".

En la consecución de este objetivo, De Arístegui destacó la labor de divulgación que realizan las federaciones deportivas como actores fundamentales del engranaje deportivo. “Es un objetivo común de vital importancia y en función de la efectividad que consigamos tendremos mayor éxito en su cumplimiento”, comentó.

En esta misma línea, la subdirectora general de Mujer y Deporte, Bárbara Fuerte, señaló que el papel de las federaciones deportivas es "clave para lograr la universalización del protocolo y alcanzar una gran sensibilización social”.