En un comunicado, expresó su solidaridad a todos los familiares y amigos de las víctimas, así como al conjunto del pueblo de Sri Lanka, y pidió a los estados que protejan los derechos humanos y la libertad de culto en todo el mundo.

Según el secretario general de AI, Kumi Naidoo, "hoy han sido los cristianos en sus iglesias, hace unas semanas fueron los musulmanes en las mezquitas" en Nueva Zelanda.

En general, "las minorías en todo el mundo han visto aumentar la violencia contra ellas", e instó a los líderes mundiales a defender "sin ambigüedades" el pluralismo y los derechos de las minorías.

Por ello, les exigió "responsabilidad" a la hora de prevenir "la demonización de ciertos grupos" y de evitar las políticas que "discriminan a colectivos en función de sus creencias o de circunstancias como su país de origen (inmigrantes o refugiados)".

"Los habitantes de Sri Lanka han sufrido más que de sobra", recalcó. En esta línea, exigió al Gobierno del país "un juicio justo para aclarar todas las responsabilidades" y reclamó "un plan para promover la unidad en la diversidad"".