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Infecciones

Infancia

18 Jun 2020

Anualmente siguen muriendo 5,4 millones de menores de cinco años

Más de la mitad de las muertes infantiles en países en desarrollo podrían estar relacionadas con infecciones

Servimedia / Madrid

Más de la mitad de las muertes de menores de cinco años en países en desarrollo podrían estar relacionadas con infecciones, según desvela una investigación publicada en la revista ‘Lancet Global Health’ y liderada por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) -centro impulsado por Fundación ‘la Caixa’- junto a la Universidad Emory de Atlanta y los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EEUU.

El estudio analizó cerca de mil casos y descubrió que el 54% presentaban un agente infeccioso entre las causas de la muerte, según precisó este jueves ISGlobal a través de un comunicado en el que añadió que son los primeros resultados científicos de la red de vigilancia de salud infantil Champs sobre la mortalidad de niños en países de baja renta.

La investigación proporciona información sobre las causas de muerte de menores de cinco años, así como de bebés nacidos sin vida en cinco ciudades de África y Asia y para llevar a cabo el estudio se realizaron 933 autopsias mínimamente invasivas en fallecidos menores de cinco años, casos de muerte neonatal y bebés nacidos sin vida en cinco distritos de Bangladesh, Kenia, Mali, Mozambique y Sudáfrica.

Esta metodología de autopsia, desarrollada hace años por ISGlobal, permite determinar la causa de la muerte con una “gran precisión” mediante el análisis de muestras de órganos adquiridas post mortem y no requiere personal ni equipo altamente especializados, señaló el comunicado.

En lugar de centrarse en una única causa de muerte subyacente y, a menudo, no específica, los investigadores describieron “en detalle todos los escalones y procesos patológicos que, desde la causa subyacente, conducen a la muerte”, según apuntó el investigador de ISGlobal que comparte la primera autoría del estudio, Quique Bassat.

De este modo, en el 63% de los casos el equipo identificó dos o más condiciones en la cadena causal y, en el 54%, dicha condición era una infección. Los investigadores pudieron identificar, por un lado, el o los patógenos infecciosos involucrados y, al mismo tiempo, asociarlos a las lesiones histopatológicas encontradas en los tejidos de los diferentes órganos.

“Esto nos da una idea casi tridimensional de los procesos que terminaron con la muerte del paciente y de una forma menos invasiva que las técnicas de autopsia habituales”, recalcó Bassat, quien precisó que el estudio ha encontrado “sorprendentemente” la bacteria Klebsiella pneumoniae en un “número considerable” de casos de neumonía, sepsis y meningitis.

A su juicio, esta información podría impulsar el desarrollo de nuevas herramientas y estrategias para la prevención o el tratamiento de este patógeno si bien añadió que otros patógenos con un “rol importante” en este sentido son Eschericcia coli, Acinetobacter baumannii y los citomegalovirus.

Pese al descenso de la mortalidad infantil en las últimas décadas, se estima que anualmente siguen muriendo 5,4 millones de menores de cinco años y naciendo 2,5 millones de mortinatos en todo el mundo, siendo África subsahariana y Asia meridional las regiones más afectadas, según el estudio.

El trabajo defiende que las autopsias mínimamente invasivas suponen una “alternativa eficaz” y cuentan con una “aceptación social mucho mayor” en estas regiones para determinar las causas de una muerte que las entrevistas de autopsia verbal, los certificados de defunción “poco precisos” o las autopsias diagnósticas completas.

Para Bassat, conocer “en detalle” todos los factores implicados en el fallecimiento de estos niños resulta “esencial" para estimar la "carga de enfermedad, rastrear el progreso global y desarrollar políticas eficientes, rentables y, sobre todo, basadas en la evidencia para combatir la mortalidad infantil”.

El experto aseveró que los estudios de la red Champs “marcarán un antes y un después en esta causa”, puesto que, a su entender, “proporcionan información crucial para el diseño e implantación de intervenciones sanitarias que salvarán vidas”.