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Pozo ilegal en Doñana | Foto: WWF

Medio ambiente

4 Feb 2021

Los asociados al agua y a la salud están entre los más importantes

España debe abordar 34 riesgos climáticos urgentes, según un nuevo estudio científico

Redacción / Madrid

Un equipo de 17 científicos ha identificado 34 riesgos asociados al cambio climático en España que deben abordarse de forma urgente y que están repartidos en nueve áreas: recursos hídricos, ecosistemas terrestres, agricultura y ganadería, medio marino, costas, áreas urbanas, la salud, energía, transporte y turismo.

Así aparece en el estudio 'Impactos y riesgos derivados del cambio climático en España', promovido y coordinado por la Oficina Española de Cambio Climático (OECC) -perteneciente al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico-, en colaboración con el Basque Centre for Climate Change (BC3).

El estudio fue presentado este miércoles en una rueda de prensa telemática en el marco del Proyecto LIFE Shara, impulsado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

El trabajo parte de la base de que las temperaturas máximas en España aumentarán entre 2ºC y 6,4ºC en las dos últimas décadas de este siglo, sobre todo en verano y el interior peninsular, según los últimos escenarios de cambio climático de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).

Además, bajará el número anual de días de helada, habrá más días cálidos, las olas de calor se alargarán y las lluvias se reducirán en las últimas décadas de esta centuria, todo ello acompañado de cambios en la velocidad del viento y más fenómenos extremos, según destacó María José Sanz, directora científica del BC3.

Los científicos han recopilado información de las publicaciones científicas más recientes para sintetizar cómo afectará el cambio climático a España, tanto con impactos en las nueve áreas mencionadas como los riesgos asociados.

Respecto a los riesgos, se han identificado 73, de los cuales 34 son urgentes, lo que requiere, según Sanz, de "necesidad de abordaje en el momento actual". Esta investigadora indicó que son "riesgos transversales muy importantes" los relativos al agua y a la salud humana.

Entre los riesgos climáticos urgentes sobre los recursos hídricos, está la reducción de los caudales de los ríos, una menor disponibilidad de agua (para uso doméstico, agrícola, industrial y del sector servicios) y un incremento de inundaciones fluviales y pluviales.

En relación a la salud, los riesgos urgentes están vinculados al estrés por calor (más mortalidad y morbilidad), sobre todo en personas mayores, niños o con enfermedades preexistentes; daños personales por inundaciones, temporales de viento y otros episodios de clima extremo, un aumento de enfermedades zoonóticas transmitidas por mosquitos (dengue, fiebre amarilla, fiebre del Nilo, Zika, etc.) y un incremento de enfermedades por la contaminación del aire.

MÁS RIESGOS

Otros riesgos urgentes son un aumento de zonas áridas y semiáridas por las desertificación y el incremento de incendios forestales por acumulación de combustible (ecosistemas terrestres), más afecciones a los ciclos de cultivo por la variación de la estacionalidad de la actividad hortícola y pérdida de explotaciones por pérdidas de la producción (agricultura y ganadería), cambios en el equilibrio ecológico marino por el calentamiento del agua en todas sus capas o para la pesca industrial por el desplazamientos de 'stocks' de especies objetivo a aguas sin acuerdos de acceso o cuotas (medio marino).

Además, el informe menciona riesgos urgentes en viviendas, infraestructuras y servicios en zonas urbanas por la subida del nivel del mar (costas); riesgo de inundación y daños por deslizamientos y erosión en edificios y redes de saneamiento, drenaje y transporte, así como pérdida y deterioro del confort y la habitabilidad en las viviendas (áreas urbanas); menos energía hidroeléctica por cambios en precipitaciones y temperaturas, y daños en infraestructuras por inundaciones costeras (energía); menos operatividad en los puertos y daños en taludes, firmes de carretea y puentes (transporte), y reducción o incluso desaparición del sector turístico asociado a la nieve (turismo).

En la presentación del estudio también participaron Elena López Gunn, de la consultora Icatalist; Elena Ojea, de Future Oceans Lab de la Universidad de Vigo, y Marta Olazábal y Mikel González, ambos del BC3.

CONCIENCIACIÓN LOCAL

Por otro lado, el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, comentó antes de la presentación del estudio que los ciudadanos tienen un "alto nivel" de concienciación climática global, pero hay una "barrera" o "escepticismo" a escala local. "Cuando ponemos en marcha, de mano de la ciencia, las acciones que es necesario implementar sobre el terreno para traducción a la acción política, nos encontramos en muchos casos que la sociedad local discute esas acciones", apuntó.

Morán indicó que ello es "muy visible" en las políticas de aguas y de costas, muy vinculadas a actividades económicas sobre el terreno y relativas a una mayor reducción en el consumo hídrico y a restricciones sobre el aprovechamiento de la primera franja del litoral, respectivamente. "Seguimos teniendo pendiente esa asignatura la traducción de la conciencia global al ámbito de la conciencia local", comentó.

Por ello, destacó que informes como el difundido este miércoles permiten abrir "una pasarela de traducción" para que ciudadanos, empresas, administraciones y otros colectivos analicen sobre cómo cambiar los "modelos de explotación de los recursos".