Así lo demandó en un comunicado emitido después de conocerse la subida del 0,4% del precio de los alimentos en mayo, que situó el IPC de esta partida en el 12% interanual, casi cuatro veces superior al índice general, algo que juzgó “muy preocupante” teniendo en cuenta que de su importe “depende”, a su juicio, “la posibilidad de seguir una dieta saludable, variada y suficiente, sobre todo en el caso de las economías vulnerables”.

En este sentido, subrayó que la última subida coloca a un “amplio” número de productos básicos en precios “difícilmente asumibles por muchos hogares” y recordó que el repunte interanual “se siente sobre todo” en el azúcar (46,3%), el aceite de oliva (25%), la leche entera (24,3%), las patatas (23,6%), la carne de cerdo (16,1%), las legumbres y hortalizas frescas (15,8%), los cereales de desayuno (16,1%) o los huevos (13,2%).

En paralelo, denunció que, en el mes de mayo, además, subió “de forma espectacular” el precio de la fruta fresca, que ascendió un 7%.

En este contexto, la organización recordó que los resultados de una encuesta sobre hábitos de consumo que realizó en diciembre “ya advertían del duro panorama al que se enfrentaban muchas familias" como "consecuencia" del aumento de la inflación en los alimentos.

Así, hizo hincapié en que nueve de cada diez consumidores estaban ya entonces “modificando” sus hábitos, “priorizando” los productos en oferta y “primando” las marcas blancas y las compras en los súper de descuento.

Junto a ello, lamentó que también se han reducido el consumo de productos frescos, como la carne y el pescado (32%) o las frutas y verduras (18%), sustituyéndolos por alimentos envasados y congelados, lo que, a su entender, “refleja las dificultades para llegar a fin de mes”.

Por todo ello, también reclamó un “esfuerzo combinado a toda la cadena alimentaria” para “tratar de buscar soluciones" que "contribuyan a reducir" los precios de los productos básicos.