Compartir en redes sociales

Julia Navas. Fotografía: Alejandro Nafría

Entrevista

4 Feb 2022

Julia Navas, poeta

«El verdadero acto de heroísmo es amar por encima de todas las turbulencias»

Esther Peñas / Madrid

Zapatos sin cordones (Chamán Ediciones) es un poemario en el que dolor, locura y amor conforman una tríada de raíz ardiente. Encararse con lo desconocido, ser arrastrado a los límites, buscar lenguajes fortuitos, al tiempo que se atiende a la tierra que sangra. El cayado del amor, ¿es suficiente? Julia Navas (Avilés, 1966) trata de apuntalar en estos versos una brújula anímica que ayude a atravesar la niebla.

«¿Cuántos laberintos necesitamos para encontrarnos?»

Quizás nunca acabemos de encontrarnos; cada situación en la vida es un nuevo aprendizaje: cambian las circunstancias, las personas, los escenarios… Y, aunque en el poema que aparece esa cuestión hecha verso, cuestiono si la experiencia sirve para llegar a ese encuentro, a ese conocimiento, si siempre. Cada reto, cada viaje, debería sumar sabiduría. 

El amor, ¿todo lo pueden, como decía san Agustín? 

Ojalá fuera así… No hay que ponerlo a prueba demasiado, por si acaso.  Ayuda a soportar el dolor, la intemperie y es el apósito más efectivo, pero también puede ser sal en la herida cuando llega la pérdida por muerte, por enfermedad, por asistir al sufrimiento de un ser querido sintiéndote impotente por no poder, al menos, aliviarlo.  
Es un libro que mira el lado luminoso de aquellos espacios dedicados al dolor, pero en los que se entrega amor a raudales (en las salas de espera, por ejemplo). Es ahí cuando se pone a prueba su resistencia, ese amor que trasciende y se mimetiza con las circunstancias, con cada necesidad: cariño, admiración, generosidad y que no falte, aunque sea un poquito, la pasión.

¿Qué cambiar al mirar hacerlo a través de un cristal?

Una distancia prudente, una visión más sosegada e, incluso, metódica. Algo que, entre otras muchas cosas, te regala la madurez. ¡Es tan importante saber relativizar! 

¿Cuándo conviene «ser piedra en la vida? 

Cuando di por terminado mi anterior poemario, Simulacro, sentí que era el fin de unos años bastantes convulsos en lo personal y que, de alguna manera necesitaba «ser piedra» para descansar emocionalmente. Una de las asignaturas de historia del Arte fue Geomorfología; siempre me han fascinado las piedras, la dinámica de formación del planeta que habitamos, las formas, la génesis… Bajo esa idea surgieron algunos poemas como Piedra, y ese iba a ser el hilo con el que urdir una nueva trama hasta que… se cruzó el máximo dolor y ese deseo de ser algo impenetrable y duro se fue al garete. Comenzó a gestarse Zapatos sin cordones.

¿Cuándo duele la verdad?  

No me sé mis poemas de memoria, apenas recuerdo unos cuantos versos, y este es uno de ellos: «la sinceridad es un cuchillo afilado en manos de tu enemigo». Hay verdades que aportan un dolor innecesario y por eso también lo son. La verdad duele siempre que comunica aquello que queremos saber pero, a la larga, se agradece o se acepta. Hay diagnósticos que nunca querrías recibir, pero para comenzar la lucha hay que tener todas las armas en tu poder. 

¿Cuál es el lenguaje de la locura? 

La locura como actitud extravagante siempre ha sido tomada como algo divertido, hilarante, pero esa locura que produce temor tiene un lenguaje difícil de entender: miedo, dolor, odio, rechazo, contradicción, aislamiento… Cuando topas con ese “extranjero” hay que intentar por todos los medios entender, empatizar, derribar barreras.  

¿Hasta qué punto puede uno convivir con ella, con la locura? 

Hay distintos grados, claro… No es lo mismo una depresión, un TOC, una esquizofrenia, demencia senil… En los momentos de sosiego se puede establecer una convivencia normal, como con cualquier enfermedad, pero en situaciones de crisis agudas, la convivencia puede llegar a ser terrible. No solo afecta a padres, madres, también hermanos, hijos… El día a día, el trabajo… te puedes sentir totalmente sola y desasistida. En 2030 la salud mental será la mayor causa de discapacidad en el mundo. ¡Urgen las soluciones! 

¿El amor es el opuesto del miedo? 

No sé si el opuesto, pero es cierto que el amor te da una valentía increíble. De repente, te ves haciendo cosas que nunca hubieras imaginado y te invade una fuerza sobrehumana. El verdadero acto de heroísmo es amar por encima de todas las turbulencias. 

¿Cómo vivir con miedo, es posible? 

Es posible, pero hay que intentar desecharlo para que no nos acabe paralizando, engullendo. Quizás un poquito de miedo como mecanismo de defensa…  No ser timoratos, pero tampoco temerarios. 

¿Tiene lugar exacto el comienzo de la tristeza? 

Sí, la mirada constante hacia atrás y reconocerte cada vez menos. Darte cuenta de que hace mucho que no bailas cuando siempre es lo que más te ha gustado. Perder la ilusión, el entusiasmo que antes era desbordante, casi infantil. Sospechar que has fracasado como madre, o al menos, como esa madre que habías forjado en tu mente. Vivir con el miedo de que hoy pueda ser el primer día de tu orfandad.