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Cartel de sensibilización

Juventud/ Mujer

20 Oct 2021

La tremenda conclusión se recoge en un informe de Save the Children

El 20% de los adolescentes considera que la violencia machista es un “invento ideológico”

Servimedia / Madrid

El 20% de los chicos adolescentes niega la existencia de la violencia machista, una tragedia que desdeñan como un “invento ideológico” y de cariz “político”, según consta en el informe ‘No es amor’ elaborado por Save the Children. El trabajo, centrado en analizar la violencia de género entre adolescentes, fue presentado en una rueda de prensa virtual en la que estuvieron presentes el director general de la ONG, Andrés Conde; su directora de Incidencia Social y Políticas de Infancia, Catalina Perazzo; y Alba Macías, superviviente de violencia machista durante su adolescencia.

Durante su intervención, Andrés Conde defendió la pertinencia de elaborar un informe de este tipo por la importancia de conocer la realidad que atraviesan los adolescentes en un “periodo fundamental para el desarrollo humano, para su identidad y para su personalidad, sólo equiparable a la primera infancia”.

También lo consideró importante al ser “cada vez mayor la precocidad” de las relaciones afectivas, que se suelen iniciar a los 13 años, y de las de carácter sexual, que comienzan entre los 15 y los 16 años.

Llamó la atención ante el hecho de que “todos los protocolos, las medidas y los estudios preventivos” en esta materia se han centrado exclusivamente en las mujeres adultas, dejando desprotegidas a las adolescentes.

Por ello, señaló la importancia de este trabajo, que se centra en toda forma de violencia física, sexual, verbal o psicológica perpetrada por las parejas, exparejas o personas análogas a la condición de pareja de las adolescentes españolas.

A pesar de que la mayoría de los adolescentes considera que la violencia de género es “muy grave”, el 20% de los chicos cree que esta lacra no existe, que es un “invento ideológico” y de cariz “político” -un incremento de casi el doble en comparación con la última encuesta-, una percepción que es compartida por el 9,3% de las chicas, según los datos del último Barómetro Juventud y Género de la FAD recogidos por el informe de Save the Children.

Ante esta situación, Andrés Conde alertó de que “el negacionismo avanza a gran velocidad, lo que amenaza la protección de las chicas”, y advirtió de que “va permeando en los adolescentes la ideología de género como elemento político”. No hay que olvidar, recordó, que los chavales “reciben la misma información que los adultos”.

Otra tendencia preocupante que muestra el trabajo es que los adolescentes creen que este tipo de violencia es “inevitable y que siempre ha existido” (24,4% de los chicos y 14,7% de las chicas) o que, “si es de poca intensidad, no tiene importancia” (15,4% de los chicos y 7,3% de las chicas).

Del mismo modo, el 24,9% de las adolescentes entre 16 y 17 años ha sufrido violencia psicológica o de control (vigilancia de horarios, obstáculos para que vean a amigos o familiares, prohibiciones para que estudien o trabajen y escrutinio de su teléfono móvil) por sus parejas o exparejas; el 16,7% violencia emocional; y el 6,2% violencia física, según datos de la Macroencuesta de Violencia de Género del Ministerio de Igualdad elaborada en 2019 y de la que se hace eco el informe.

Andrés Conde explicó que estos datos pueden ser consecuencia del hecho de “la propia intensidad de las relaciones” durante la adolescencia y del “enorme protagonismo” de las redes sociales, que han auspiciado la aparición de fenómenos como la ‘sextorsión’.

A su juicio, también resulta “determinante” la visión que tienen de la pornografía (el 71% de los chicos la consume frente al 28% de las chicas), que constituye una “referencia básica en su conducta sexual”, así como la “falta de autopercepción” de ellas como víctimas y de ellos como agresores.

Esto le sirvió para aseverar que esa “falta de autopercepción” lleva a que la violencia de género “muy rara vez” sea denunciada por las adolescentes. Prueba de ello, es que, en 2019, último año del que se disponen datos, las autoridades judiciales dictaron alrededor de 700 medidas cautelares u órdenes de protección.

ATAJAR EL FENÓMENO

Por su parte, Catalina Perazzo reclamó que, para afrontar el negacionismo que se extiende entre los adolescentes ante esta lacra, se utilicen las herramientas legales existentes en España, especialmente la ley de la protección de la infancia, la cual “no puede convertirse en papel mojado”.

El desarrollo de esta norma, según Catalina Carazzo, debe estar acompañada de una dotación presupuestaria que Save the Children eleva a 155 millones de euros, lejos de las partidas incluidas en el proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado (PGE): 42 millones para la atención a la infancia y las familias y 25 millones para la atención a la violencia de género y sexual.

A su vez, destacó la pertinencia de impulsar la educación afectivo-sexual en las edades más tempranas; extender el “uso seguro y responsable” de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC); desarrollar recursos de “atención integral con enfoque de infancia y de género”; la puesta en marcha de políticas de “salvaguarda, detención y protección” en los centros docentes, entidades del Tercer Sector y espacios de ocio, tiempo libre y deporte “con perspectiva de género”; la articulación de mecanismos de denuncia “seguros y confidenciales”; la creación de registros para la recopilación de datos específicos”; la adaptación del sistema judicial a las necesidades de las adolescencia; y la divulgación de campañas de “información concienciación y sensibilización” para “empoderar a las mujeres” y “proyectar modelos de masculinización positiva”.

TESTIMONIOS

Por último, Alba Macías, de 28 años, quien sufrió violencia de género entre los 15 y los 17 años, evocó que durante aquella época “nunca me sentí una víctima de violencia género, porque no sabía lo que era; no empiezo a conocer el término hasta que lo escucho en los medios de comunicación y lo veía como algo propio de los adultos”.

Señaló que, en su caso, no sufrió agresiones por parte de su expareja, salvo en una ocasión en la que, cuando decidió romper la relación, el individuo le invitó a su casa y, tras cerrar la puerta con llave, “lo que nunca hacía”, intentó sin éxito mantener relaciones sexuales con ella sin su consentimiento, lo que llevó a que la agarrara del cuello.

Su expareja, que llegó a agredir a su siguiente pareja, delimitó su maltrato al ámbito psicológico. “Me hacía luz de gas, decía que lo hacía por amor y para protegerme”, recordó. A pesar de ello, “no me sentía víctima de nada, y me veía como culpable”; “hasta hace pocos años no me identifico como una víctima de violencia de género”.

A continuación, lamentó que en el colegio se sentía “desprotegida”, ya que también sufrió ‘bullying’ en el colegio, “y los profesores me decían que estaba loca”.

La consecuencia de todo ello, dijo Alba Macías, fue que “cuando volví a sufrir violencia me lo callo y no lo denuncio”, lo que le llevó a padecer anorexia nerviosa y psicomatización, entre otros trastornos.

Por esa razón, consideró pertinente que las autoridades competentes desarrollen campañas de sensibilización, de prevención, para “ayudar a las jóvenes a identificar que esto no es amor”.

Ante el recurso a hablar de ideología por parte de “algunos partidos, que no quiero nombrar”, conminó a los chicos a cambiar el modelo de masculinización y a no ejercer ningún tipo de violencia contra las mujeres.

La rueda de prensa también recogió la proyección de un vídeo de Carla, una chica de 20 años que sufrió violencia de género cuando comenzó a salir con un chico a los 13 años, quien también subrayó que veía la violencia de género como algo propio de adultos, por lo que reclamó más información en las aulas.