Así lo indicó durante su intervención en el 12º Congreso Confederal de CCOO, en el que señaló que dicho acuerdo entre sindicatos y empresarios deberá “simplificar los tipos de contratos y generalizar la contratación indefinida, acabando así con la lacra que supone la excesiva temporalidad”, así como “desarrollar un nuevo mecanismo de flexibilidad y estabilización del empleo que proporcione a las empresas la flexibilidad interna necesaria sin llevar a las grandes fluctuaciones de empleo del pasado”.

También deberá “tener un marco equilibrado y justo de negociación colectiva y regulación de las subcontratas que acabe con la precariedad”, añadió la vicepresidenta, que subrayó que “para lograrlo vamos a seguir apostando desde el Gobierno por el diálogo social como medio para diseñar reformas que cuenten con un amplio apoyo, porque sólo así tendremos normas realmente eficaces que se apliquen en la realidad y perduren en el tiempo”.

La intervención de la vicepresidenta primera en el Congreso de CCOO llegó justo después de un mensaje grabado del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el que señalaba que la reforma laboral es “lo más importante” que “queda por hacer”.

En este sentido, Calviño inició su intervención destacando la importancia de los sindicatos en la vertebración de España y catalogarlos como “pieza fundamental para garantizar el equilibrio en las relaciones laborales” y “actores esenciales de nuestra democracia participativa”, así como su papel en el diálogo social para lograr acuerdos durante la pandemia.

Tras ello, apuntó que dicha colaboración entre sindicatos y empresarios continuará siendo fundamental porque “los retos que tenemos por delante no son pocos ni fáciles”, con el objetivo de lograr “una recuperación justa” y “justicia intergeneracional”, dejando a los jóvenes mejores perspectivas de futuro.

Así, la vicepresidenta resaltó la necesidad de “seguir trabajando juntos en un paquete de reformas que nos permita europeizar el mercado laboral”, mediante la reducción de la temporalidad y del desempleo estructural y juvenil, la mejora del capital humano y la productividad, y lograr salarios más altos y empleos de calidad.

Por ello, emplazó a los agentes sociales a “lograr un acuerdo equilibrado para un nuevo contrato social, ese Estatuto de Trabajadores del siglo XXI que dé respuesta a las realidades actuales, para que las grandes transformaciones estructurales como la digitalización sean factores de progreso y no de exclusión”.