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Acumulación de residuos en una costa de Cartagena (Colombia) Foto: Ostin Garcés-Ordóñez

Medio ambiente

7 Nov 2022

Tienen una gran importancia para la conservación de la biodiversidad

Los microplásticos amenazan las lagunas costeras en todo el planeta

Redacción / Madrid

La contaminación por microplásticos amenazan las lagunas costeras de la Tierra, según un estudio liderado por la Universidad de Barcelona. El estudio, publicado en la revista ‘Environmental Pollution’, indica que las lagunas costeras de Lagos (Nigeria), Sakumo (Ghana) y Bizerta (Túnez) -cerca de grandes núcleos urbanos y sin sistemas de tratamiento de residuos ni aguas residuales- se encuentran entre los ecosistemas acuáticos de esta naturaleza más afectados por la contaminación por microplásticos.

Sin embargo, las concentraciones más elevadas de estas micropartículas se han detectado en Barnes Sound y en otras pequeñas lagunas en un área protegida al norte de la bahía de Florida (Estados Unidos), un caso particular que es explicable por el transporte de microplásticos que trasladan los huracanes desde áreas contaminadas.

El estudio, que cuenta con la participación de expertos de instituciones de Colombia y Chile, revisa el progreso de los conocimientos sobre la contaminación por microplásticos en lagunas costeras de todo el mundo y alerta de la abundancia de fibras y fragmentos de polietileno, poliéster y polipropileno en algunos de estos valiosos ecosistemas.

Las lagunas costeras son ecosistemas de transición entre los sistemas acuáticos continentales y marinos. Con un gran valor ecológico y socioeconómico, son hábitats afectados también por el impacto de las actividades humanas.

El estudio revisa la bibliografía científica publicada sobre la contaminación por microplásticos en 50 lagunas costeras de 20 países en distintas regiones, en concreto Europa (32%), Asia (20%), América Latina y el Caribe (18%), África (12%), América del Norte (1 %) y Oceanía (8%).

ECOSISTEMAS PROTEGIDOS

Las lagunas costeras tienen una gran importancia para la conservación de la biodiversidad. Además, son las principales proveedoras de alimentos y otros servicios ecosistémicos a poblaciones locales -a menudo vulnerables- que dependen de ellas. El 58% de estos ecosistemas tiene algún estatus de protección nacional o internacional.

“En estos hábitats naturales, los niveles máximos de contaminación por microplásticos resultan de la combinación de diversos factores. Por ejemplo, el tiempo de residencia y la tasa de renovación del agua de las lagunas, la presencia de grandes desarrollos urbanos e industriales con una gestión de residuos inadecuada, las descargas de ríos y emisarios, las fluctuaciones climáticas estacionales, los fenómenos naturales (huracanes, tifones, etc.) y la tipología de los microplásticos”, detalla Ostin Garcés-Ordóñez, miembro del Grupo de Investigación Consolidado en Geociencias Marinas de la Universidad de Barcelona y primer autor del artículo.

Las lagunas costeras con tasas de renovación del agua lentas o muy lentas son las más susceptibles de presentar una elevada contaminación por microplásticos. En el caso de la laguna Mosquito en Florida (Estados Unidos), la renovación del 50% del agua requiere entre 200 y 300 días y, por lo tanto, los microplásticos que llegan a esta laguna pueden mantenerse en este ecosistema durante períodos de tiempo considerables.

“Durante la época de lluvias, la concentración de microplásticos también aumenta en el agua superficial en comparación con la estación seca, un fenómeno que se ha observado en la laguna de Río Lagarto (México) y en la Ciénaga Grande de Santa Marta (Colombia), con unos niveles máximos en zonas en donde se registran las actividades humanas más intensas, apunta Garcés-Ordóñez, también miembro del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras de Colombia.

Por otro lado, la fauna piscícola, de gran interés comercial por su explotación para el consumo humano, es uno de los grupos de organismos mejor estudiados en relación con el impacto de los microplásticos.

En el estudio, que revisa los efectos de la contaminación sobre 96 especies, se detecta un impacto máximo en peces de las lagunas de Bizerta y Ghar El Melh (Túnez), en especial las especies ‘Liza aurata’ y ‘Sarpa salpa’, con ingestas de hasta 65 microplásticos por individuo.

Los moluscos, con niveles de hasta 17 microplásticos por individuo, son otro de los grupos más afectados, con valores máximos detectados en el ostión de Virginia (‘Crassostrea virginica’) de la laguna Mosquito.

PENÍNSULA IBÉRICA

En el caso de la Península Ibérica, las lagunas costeras son relativamente poco numerosas y pequeñas en comparación con otros sistemas lagunares costeros del mundo. La mayoría se asocian a los cursos más bajos de ríos y a sus antiguas desembocaduras, así como a la deriva litoral de sedimentos, como es el caso de las marismas del Empordà, el delta del Ebro, la albufera de Valencia o el sistema lagunar del Algarve portugués.

“El estado ambiental de estas lagunas es variable y, además, cambia a lo largo del tiempo. Algunas sufren los efectos de la contaminación de origen urbano, industrial y agrícola, como la albufera de Valencia y también el Mar Menor, en Murcia, en donde recientemente se han producido mortandades masivas de peces por episodios de anoxia», detalla el catedrático Miquel Canals, director del Departamento de Dinámica de la Tierra y del Océano de la Universidad de Barcelona.

El estudio revela la presencia de microplásticos en la columna de agua, los sedimentos y los peces en las lagunas costeras del Mar Menor (Murcia), la Pletera (Cataluña) y en Ría Formosa y Aveiro (Portugal).

“En las lagunas españolas, se ha constatado una media de 20,1 microplásticos por kilogramo del tracto digestivo en doradas (‘Sparus aurata’) del Mar Menor, y una abundancia de hasta 2,5 microplásticos por individuo en la gambusia (‘Gambusia holbrooki’) de la laguna restaurada de la Pletera, en Girona», indica Canals.

En el Mar Menor, la abundancia media sería de 43,5 a 53,1 microplásticos por kilogramo de sedimento, un valor sensiblemente inferior al que se encuentra en las lagunas costeras de Venecia y Sacca di Goro (Italia), Anzali (Irán), Bizerta (Túnez) y Lagos (Nigeria), pero superior al que se ha detectado en la Ría Formosa (Portugal).

¿NUEVOS SUMIDEROS DE MICROPLÁSTICOS?

Además de acumularse en zonas concretas de los ecosistemas lagunares, los microplásticos también pueden ir a parar al mar y agravar la contaminación de los océanos. “Podemos afirmar con certeza que las distintas matrices ambientales de las lagunas costeras -es decir, aguas, sedimentos y organismos que viven en estos hábitats- son receptoras de microplásticos y están afectadas por la contaminación que provocan. Sin embargo, aún no conocemos hasta qué punto las lagunas costeras son sumideros finales de microplásticos», afirma Canals.

Este investigador subraya que “este aspecto está relacionado con las características y la dinámica de cada laguna, así como con las cantidades y las propiedades de los microplásticos entrantes”. “Así pues, determinadas lagunas podrían ser verdaderos sumideros, mientras que otras podrían funcionar como sumideros temporales en el ciclo de los microplásticos, facilitando, por ejemplo, su trasvase desde los sistemas fluviales hasta las playas y el ambiente marino”, agrega.