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Carcedo y Balderas

Por Talento Talks

16 Dic 2022

Adela Balderas, experta en liderazgo

«No entiendo el liderazgo sin trabajar en ser mejor persona»

Esther Peñas / Madrid

«A pesar de su adjetivo, blandas, cualidades como la empatía, el entusiasmo, la cooperación debería ser consideradas necesarias para cualquier trabajador y más para cualquier persona que quiera ejercer el liderazgo. Las empresas necesitan un liderazgo humanista, centrado en las personas, un liderazgo que entienda la diversidad y el poder de esa diversidad», explicó Adela Balderas, profesora de la Universidad de Deusto e investigadora en la Universidad de Oxford, y experta en liderazgo por las Universidades de Harvard, Nueva York y Stanford.

Balderas hizo esta reflexión en el quinto ciberseminario Por Talento Talks, impulsado por Inserta Empleo, un espacio abierto al diálogo, en el que reflexionar, junto con reconocidos especialistas, sobre materias que atañen a la aportación de la diversidad y el talento tanto de las personas con discapacidad como de las mujeres a las empresas y organizaciones. Balderas estuvo acompañada por Virginia Carcedo, secretaria General de Fundación ONCE e Inserta Empleo y Directora de Transformación y Excelencia de Fundación ONCE.

A la pregunta de Carcedo a propósito de si estas habilidades son innatas o pueden aprenderse, Balderas aseguró que «nacer, nacemos con pocas cosas, se aprende casi todo. Hay que hacer el viaje de conocerse, no es sencillo, pero tenemos que mirarnos dentro, y resulta fundamental hacer una parada técnica de vez en cuando. La buena noticia es que sí, se aprende a ser empático, a escuchar, a trabajar en equipo; pero aceptando que es un aprendizaje de por vida, lo cual es maravilloso».

balderas, durante su intervenciónCarcedo se interesó por la figura del «Síndrome del impostor», algo que siempre ha existido pero que, en los últimos años, ha cobrado una especial relevancia, asegurando que hay muchas personas con discapacidad que lo sienten, lo que les hace pensar que no son contratadas por su valía sino por una solidaridad mal entendida, cuando se trata de personas «que han luchado y se han formado mucho, a las que no se les ha regalado nada, y que consiguen un puesto de trabajo por sus méritos».

Balderas aseguró que ella misma había padecido este síndrome al llegar a la Universidad de Oxford. «Empecé a quedarme sin voz, y tuve que preguntarme a qué tenía miedo. Y descubrí que tenía miedo a no ser lo suficientemente lista para estar allí; acababa de llegar y todavía no era investigadora, sino visitante. El Síndrome del impostor no te hace humilde sino pequeño, sientes que no hay mérito sino suerte. Muchos famosos han pasado por él, desde Lady Gaga hasta Bowie o Emma Watson». 

Por otro lado, aseguro la experta que «el hecho de ocupar un cargo de responsabilidad no te convierte en líder, a un líder se le admira y da ejemplo, lo que no quiere decir que no se le pueda llevar la contraria o que tenga razón siempre; a todos nos gustaría trabajar con gente a la que podemos admirar, en entornos que nos hagan crecer. Un líder tiene que saber sacar lo mejor de cada una de las personas de su equipo».

A este respecto, Carcedo apuntó que, para esta tarea, es indispensable una «singularidad digital, un humanismo tecnológico, porque cada uno de nosotros somos seres únicos, pero necesitamos de la tecnología como medio, no como fin», apostillando que «la clave es tener un liderazgo creativo».

«Un buen liderazgo tiene que ver con ser mejores personas cada día, para rodearse de gente a la que se puede sacar su mejor versión, que te hagan crecer así como tú les haces crecer. Es una cuestión de voluntad, hay empresas que se están dando cuenta de que el entorno cambia y han de adaptarse a los cambios, pero hay otras empresas a las que les cuesta más darse cuenta de la importancia de la gestión del cambio, pero ya no sirve ese mantra de antaño de “las cosas siempre han sido o se han hecho así”. Cuando las personas se sienten valoradas, se les da oportunidades de crecimiento, rinden más, están más felices, y ese es el verdadero objetivo de toda organización, o debería serlo». 

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