Compartir en redes sociales

Mascab

16 Mar 2017

Asunción Caballero, poeta

“Aún las mujeres seguimos siendo nadie”

Esther Peñas / Madrid

En realidad, en los ámbitos literarios se la conoce como Mascab, aunque su nombre real es Asunción Caballero. Es una infatigable impulsora de recitales, actos poéticos de ayuda al pueblo saharaui, de concentraciones de versos para apoyar a la mujer humillada, desde cualquier ángulo… Y, después de tantos años ejerciendo de ‘poeta de guardia’, que diría la gran Gloria Fuertes, publica su primer libro, ‘Pronombres’ (Lastura).

En realidad, en los ámbitos literarios se la conoce como Mascab, aunque su nombre real es Asunción Caballero. Es una infatigable impulsora de recitales, actos poéticos de ayuda al pueblo saharaui, de concentraciones de versos para apoyar a la mujer humillada, desde cualquier ángulo… Y, después de tantos años ejerciendo de ‘poeta de guardia’, que diría la gran Gloria Fuertes, publica su primer libro, ‘Pronombres’ (Lastura).

 

¿Qué supone para alguien como tú, dedicada a la poesía desde hace tanto, publicar su primer poemario?

Es algo que no se piensa, viene solo. Y me llegó por sorpresa. Para mí supuso un reto, porque era el indicativo de que debía esforzarme por mejorar. La poesía había entrado en mi vida pisando fuerte y no podía decepcionarla. Así que, supuso primero miedo, segundo, trabajo y  tercero, esfuerzo.

 

¿Qué importancia tienen los pronombres en la vida en general y en la poesía en particular?

Los pronombres, y en este caso los pronombres personales, en la vida general son el lugar común donde nos encontramos todos y donde podemos llegar a reconocernos en cierta forma. Porque en el yo o en el tú caben muchos “yoes” y muchos “tús”, casi tantos como en el nosotros o el vosotros.

En la poesía, quizá, este lugar común adquiera más relevancia para según sea aquello de lo que queremos hablar. Y no cabe duda de que en la poesía, “el yo” se crece hasta alcanzar un espacio destacado y es nombrado como “el yo poético”, debido a que el poeta, en general, suele hacer suyo los sentimientos ajenos, empatizar hasta el extremo con “los tús”, “los ellos”, “los vosotros” del entorno y escribir en primera persona doliéndose o alegrándose del otro como si el daño o la alegría fuese propia.

 

“Sigo sin estar en mí, perdida en el laberinto”. ¿Se encuentra el poeta en el poema? ¿Qué hace perderse al poeta?

Sin duda, se encuentra, sí. Son muchas las ocasiones en las que nos perdemos en el laberinto de sentimientos y emociones que nos crece en nosotros mismos. Al poeta le pierde su propio entorno. Se adentra, sin darse cuenta la mayoría de las veces, en el laberinto de encuentros y desencuentros de aquellos con quienes convive y de la naturaleza que les envuelven.

 

Muchos de tus poemas están comprometidos con distintas causas, como la mujer. ¿Qué tiene de poético el compromiso? ¿Qué es el compromiso para Mascab?

Para mí, el compromiso es una negociación que hago necesaria entre mí misma y las personas que me rodean. Es decir, entre mí misma y los otros. Porque para ser persona debo reconocerme en mi sociedad e incluirme en ella con sus “parabienes” y sus “paramales”. El compromiso es una negociación para mejorar todos los aspectos de mi propia vida. Creo que el compromiso se poetiza desde el momento en que el poeta es consciente de haberlo adquirido y siente que debe ayudar con sus versos a despertar las conciencias dormidas.

 

Lleva varios años organizando en Madrid el festival internacional ‘Grito de Mujer’. ¿Por qué son necesarias estas citas?

Lamentablemente, casi terminando el cuarto lustro de este siglo XXI, aún siguen siendo necesarias estas citas. Porque aún se siguen educando en desigualdad al hijo y a la hija. Porque aún seguimos, en una generalidad global, las mujeres muy sometidas al hombre. Porque aún continúa el patriarcado ninguneándonos. Porque aún sigue habiendo más jefes que jefas, aunque en el mismo equipo haya mujeres más preparadas y con más capacidades que los hombres. Porque aún se sigue utilizando a las mujeres y a las niñas como monedas de cambio y de trata. Porque aún las mujeres seguimos siendo nadie. Y muchas, demasiadas, siguen siendo asesinadas a diario por sus propias parejas mientras los gobiernos no hacen lo que tienen que hacer: reconocer que existe un terrorismo machista que está atentando contra las mujeres de su sociedad.

 

¿Qué aporta la poesía al que sufre (me refiero a la mujer, al refugiado, al palestino…)?

Ojalá le aporte sosiego. Ojalá le haga sentir que no está solo, que siempre tendrá al poeta a su lado para componer unos versos que griten y les dé voz a ellos para ayudarles a mejorar su situación. La poesía siempre debe ser la esperanza para el afligido, los versos deben ser balas que impacten en los corazones de los déspotas, de los xenófobos, de los misóginos, de los… La poesía debe seguir siendo un arma cargada de futuro y, si es preciso, debemos convertirla en un arma de destrucción masiva contra la barbarie y, sobre todo, contra el discurso de “la otredad”. Porque nunca debemos mirar a nuestro semejante como “el otro”, sino como el igual.

 

“Maldije las lecciones aprendidas”. ¿En qué momento y qué cosas uno tiene que desaprender?

El momento para desaprender es aquél mismo en que una se da cuenta de que lo que está haciendo es un error, por mucho que sea la educación que con mil amores ha recibido en su hogar, o durante sus estudios. Porque nunca debemos dar por cierto lo que conocemos, ya que nada es cierto y todo lo es al mismo tiempo. Cuando descubrimos este hecho, descubrimos nuestra verdad. Y ésa es la verdad que debemos perseguir y alimentar. Y ése es el momento en que debemos comenzar a des-aprender y, a la vez, a re-educarnos. Porque solo si nos re-educamos podremos educar a nuestras hijas y a nuestros hijos para que ellos consigan crear un mundo más igualitario.

 

¿Cómo se consigue ser una mujer libre, como se define en uno de estos poemas?

Una consigue ser libre cuando, al reconocerse a sí misma, es capaz de quitarse las capas del barniz con que ha ido maquillando sus días y rompe las cadenas que la sujetan a aquello que ya no es su verdad.

 

¿Por qué se escribe poesía?

Quizá, porque la poesía nos permite utilizar herramientas con las que re-construirnos. Quizá porque nos ayuda a conocernos, a respetar más nuestro entorno y a comprometernos con él.

 

¿Cuáles son sus referentes poéticos?

Puedo nombrarte a los y las poetas que más he leído en cada época. No sé si podría acercarme a ellos para decir que son mi referente. Pero sí puedo decir que de ellos he aprendido a lo largo de mi vida. En mi adolescencia: Miguel Hernández, Antonio Machado, Lorca, Gloria Fuertes… En mi juventud: Walt Whitman,  Neruda, Blas de Otero, Alfonsina Storni… En la actualidad: Ana Rossetti, Antonio Gamoneda, Elvira Daudet, Angelina Gatell y, de nuevo, Gloria Fuertes.