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Cubierta del libro

LIbros

18 Dic 2018

Se reedita este magnífico texto sobre la Revolución Cultural de Mao

“La "revolución cultural" se concibió como un golpe palaciego organizado por Mao para recuperar el poder”

Esther Peñas / Madrid

Utilizando la alegoría de Hans Christian Andersen, el sinólogo Simon Leys, seudónimo de Pierre Ryckmans (Bruselas, 1935-Canberra, 2014), publicó en 1971 ‘El traje nuevo del presidente Mao’, en el que denuncia los excesos, abusos y atropellos de la Revolución Cultural en China entre febrero de 1967 y octubre de 1969, periodo en el que el autor vivía en Hong Kong. El texto, publicado en España en 1976 por Tusquets, acaba de ser reeditado por Ediciones El Salmón. Hablamos con su traductor, Javier Rodríguez Hidalgo, quien será uno de los encargados de presentar el libro, el próximo jueves, 20 de diciembre, a las 19 horas, en Enclave de Libros (calle Relatores 16).

La revolución cultural de Mao no lo fue ¿por imposibilidad, imposición, por necesidad?

La "revolución cultural" (Leys lo escribe siempre con comillas) se concibió desde el principio como un golpe palaciego organizado por Mao para recuperar el poder. Se apoyó para eso en algo que era realmente necesario: criticar el régimen del que él mismo formaba parte. Para eso atizó a los guardias rojos, que eran jóvenes hartos de las miserias del régimen llamado comunista en China. Cierto que la revolución cultural se descontroló en los primeros momentos, pero el Ejército se encargó de meter en cintura a los guardias rojos que se la habían tomado en serio. En una situación de derrumbe de las instituciones del Estado causada por el golpe que les había atizado Mao, la única que mantenía su solidez era el "ejército popular de liberación", que es quien puso fin a los desórdenes (para instaurar un régimen aún peor que el anterior).

Si la revolución cultural de Mao fue una ‘estafa’, lo que es innegable es que tuvo un efecto publicitario mundial enorme, puesto que todos los países la ‘celebraron’. ¿Esos países eran conscientes de que la revolución no fue tal?

Francia fue de los que más sufrió el sarampión. En España no tuvo mucha incidencia porque otro régimen totalitario, el franquista, no dejaba que nadie se meneara. Casi toda la izquierda fue víctima del "exotismo revolucionario"; como casi nadie entendía el chino, muchos se dejaron engañar. El libro de Leys fue el primer mazazo contra esa fe absurda.

¿Qué fue lo mejor y lo peor de la época de Mao?

No puedo decir qué fue "lo mejor", como tampoco lo diría del estalinismo. Uno puede apreciar la retórica maoísta (aunque su prosa suela ser fétida) sobre la solidaridad entre los pueblos, la crítica permanente de los mandos en el poder, etc., pero si se olvida de que aquello no era más que eso, retórica, se comete un error gravísimo.

El gobierno Mao se rigió por una estructura de control férrea. ¿Era imposible abrir cualquier fisura?

Era un régimen totalitario. Las fisuras eran arriesgadas, excepcionales y casi siempre debidas a iniciativas individuales: pequeños gestos de ayuda, gente que mira para otro lado cuando descubre que alguien quiere escapar... Mao incentivó desde el primer momento la vigilancia total de unos sobre otros. En ese contexto, poco podía hacerse.

¿Cómo consiguió Mao hacerse con el ejército, si al principio no contaba con su apoyo?

Contó con la ayuda de Zhou Enlai. De hecho, no desencadenó el inicio de la revolución cultural hasta que Zhou aseguró su control sobre el ejército, que iba a ser la única garantía de volver al "orden".

La idea inicial era trasladar la Comuna de París a China. ¿En qué momento se ‘cambia de planes’?

Aquí no puedo estar de acuerdo. Aunque la Comuna de París figura en un lugar de honor en el panteón marxista, China tenía sus propios referentes, como la "Comuna de Shanghái" de 1927. Como todo régimen revolucionario, la China de Mao pasó por su propia etapa de tanteos desde la toma del poder de 1949. Pero nunca se planteó un régimen de cargos revocables como pretendió ser la Comuna de París en sus dos meses de existencia. Estamos hablando de un Estado de cientos de millones de habitantes que lleva décadas de vida. El modelo fue más bien la URSS de Stalin (todavía vivo cuando Mao conquista el poder, no lo olvidemos).

¿De qué sirvieron realmente los comités revolucionarios implantados en municipios y provincias chinas?

En teoría, eran órganos alternativos al poder local del Partido, con la función de cuestionar de arriba a abajo las derivas contrarrevolucionarias del régimen. En la práctica, el Ejército controlaba esos comités para impedir que se cometieran más excesos (aparte de los suyos propios, claro).

¿Cuál fue el alcance de las depuraciones realizadas por Mao?

Es difícil saberlo. China es uno de los estados más herméticos del mundo. Muchas personas que desaparecieron de la circulación pudieron empezar una vida nueva en otro lugar, pero ocultando rotundamente su pasado. En cualquier caso, millones de personas fueron desplazadas, encarceladas y enviadas a los campos de trabajo y reeducación, eso es seguro.

¿Hasta qué punto los universitarios pudieron enfrentarse a Mao?

Uno de los problemas de los estudiantes rebeldes es que cuestionaban el poder del partido pero no su figura máxima, Mao. La mayoría de los que sobrevivieron a las purgas perpetradas por el Ejército acabaron muy amargados, porque descubrieron por las malas que no habían sido más que peones en una partida más amplia al servicio de Mao.

¿Por qué les cuesta tanto a los chinos cuestionar el principio de autoridad?

Creo que hay que tener mucho cuidado con atribuir culturalmente a "los chinos" ciertos rasgos que son claramente políticos. China ha vivido varios momentos revolucionarios en el último siglo. Como en España, un régimen totalitario que se prolonga en el tiempo durante varias generaciones tiende a desanimar a los espíritus más rebeldes y a cultivar un cinismo y un oportunismo generalizados. Leys siempre criticó que se hablase de la civilización china como de algo radicalmente opuesto a la occidental (véanse sus escritos sobre François Jullien); es decir, como si los chinos no sufriesen como nosotros la opresión o la falta de libertad de expresión. Dando la vuelta a la pregunta, imagino que la política española de hoy sería mucho menos abyecta si el franquismo hubiera durado menos de cuarenta años, o si hubiese terminado de una forma mucho menos plácida.

El maoísmo tuvo muchísimos adeptos, también en España. ¿Es una corriente que sigue viva?  

No, claramente. Muchos de sus antiguos militantes se retiraron frustrados a sus casas o iniciaron derivas posibilistas hasta acabar como neocons, o poco menos. Pilar del Castillo o Federico Jiménez Losantos fueron maoístas, por ejemplo. Muchos otros tuvieron evoluciones más dignas, pero hace años que no existe una organización que reivindique el maoísmo.

¿Cuál es la herencia del periodo Mao?

El actual Estado chino, supongo, aunque no existe tal como el Gran Timonel lo deseaba, pero que indudablemente ha heredado su dogmatismo y su voluntad de control total de sus ciudadanos.