Compartir en redes sociales

Pandemia

Salud

16 Mar 2021

Impulsada por la Confederecaión de Salud Mental, y financiada por el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 y Fundación ONCE

Una campaña visibiliza el empeoramiento de la salud mental de la población este año

Redacción / Madrid

La Confederación Salud Mental España ha lanzado la campaña ‘Salud mental y Covid-19. Un año de pandemia’, financiada por el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 y Fundación ONCE y cuyo objetivo es visibilizar cómo ha afectado la crisis mundial a la salud mental de los españoles y reivindicar y proponer medidas que ayuden a mejorarla y, con ello, a la reconstrucción social y económica.

Así lo anunció este martes la confederación en un comunicado en el que añadió que la campaña expresa sus principales reivindicaciones para mejorar la atención, especialmente en el caso de los colectivos más vulnerables.

En este sentido, su presidente, Nel González Zapico, alertó de la “precarización” y la “falta de recursos” en la atención a la salud mental en España, que, a su juicio, se ha visto “acrecentada” durante la pandemia. “La salud mental de la población española ha caído en picado durante la pandemia y debajo no hay red”, sentenció

La campaña incluye una serie de infografías para difundir en redes sociales y un documento que recopila resultados de varias investigaciones sobre salud mental en pandemia, las distintas acciones llevadas a cabo por la entidad para ayudar y apoyar a la población y algunos sectores profesionales en la gestión emocional de la misma, y sus principales demandas, dirigidas a las administraciones públicas.

Asimismo, la confederación ha elaborado un manifiesto en el que recoge sus principales reivindicaciones y propuestas y recordó que, a lo largo de este año, la incertidumbre, el miedo, los fallecimientos, las pérdidas de empleos, el confinamiento y la convivencia ininterrumpida o la soledad “han hecho merma” en la salud mental de la población, “especialmente” en las personas con menos recursos económicos tal y como desvelan los últimos datos del CIS.

PERFILES MÁS AFECTADOS

La entidad puntualizó que jóvenes, mujeres y personas con discapacidad, y, “en especial”, con discapacidad psicosocial, son algunos de los grupos de población que han visto “más afectada” su salud mental durante este año.

En este sentido, subrayó que las personas de 18 a 34 años son las que han frecuentado más los servicios de salud mental, han tenido más ataques de ansiedad, más síntomas de tristeza y han sido las personas que más han modificado su vida habitual debido a esta situación.

Según el CIS, más del doble de las personas que han acudido a dichos servicios son mujeres, y, a juicio de la confederación, las desigualdades y discriminaciones en el ámbito profesional, la carga de responsabilidades familiares y de cuidado o la violencia de género han sido algunos de los principales factores que han “provocado o agravado” sus problemas de salud mental.

DISCAPACIDAD

En cuanto a las personas con discapacidad, hizo referencia a un estudio de Fundación ONCE según el cual un 50% de ellas señala que su estado de ánimo ha “emporado” desde que empezó el estado de alarma. Un 34% de las personas con discapacidad ha consumido ansiolíticos y/o antidepresivos durante el confinamiento y, en el caso de las personas con discapacidad psicosocial, la cifra se eleva al 62,4%.

Ante esta situación, Nel González Zapico apremió a las administraciones nacionales a que acometan políticas y medidas que impliquen una mayor inversión en recursos materiales, tecnológicos y profesionales para “asegurar el acceso a una atención en salud mental universal y pública”.

“Si la pandemia ha demostrado algo, es que la salud mental es cosa de todos y todas y que puede afectar a cualquiera, por lo que es más urgente que nunca prestarle la atención que merece, si queremos lograr realmente una reconstrucción social y económica”, abundó.

En esta línea, el manifiesto de la confederación apela a adoptar medidas “transversales y desde una perspectiva de género” que garanticen también un modelo de dicha atención “comunitario, personalizado y adaptado a las necesidades de cada persona”. “Esto requiere de mayor inversión en profesionales, instalaciones, tecnología, así como de un plan de coordinación para el trabajo en red de administraciones públicas, servicios de atención y otras organizaciones especializadas en salud mental”, agregó.

Tras alertar de la situación de la salud mental también en Europa, el presidente de la confederación urgió a la Comisión Europea a “agilizar” el debate político sobre la salud mental. “Urge que Europa se implique y haga las recomendaciones oportunas a los Estados miembro para que prioricen la inversión a la atención a la salud mental”, espetó.

González Zapico advirtió de que si ya, antes de la pandemia, había diferencias entre los países en el trato a la salud mental, ahora esa diferencia es aún mayor y reivindicó que “se hable de la salud mental en las instituciones europeas, porque es un tema olvidado y que deberíamos priorizar”.