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Cartel promocional de FAD contra la violencia de género

Violencia

20 Sep 2023

Un 26,6% afirma haber conducido tras beber alcohol

Más de la mitad de las jóvenes españolas cree que puede sufrir violencia sexual

Redacción /

El 51,5% de las mujeres con edades comprendidas entre 15 y 29 años considera que puede llegar a ser víctima de una víctima sexual, frente al 23,7% de los hombres, según el ‘IV Barómetro Juvenil 2023. Salud y bienestar’, elaborado por la Fundación Mutua Madrileña y Fad Juventud, cuyas conclusiones se publicaron este martes.

El barómetro analiza los comportamientos de riesgo de los y las jóvenes y en su percepción de inseguridad, siendo las relaciones sexuales de riesgo (51,1%, el 19% de ellos frecuentemente) y participar en peleas (40,9%) aquellos que realizan con mayor frecuencia.

A su vez, el 21,2% de los jóvenes reconoce haber conducido tras fumar porros al menos una vez en los últimos seis meses, el 9,1% de ellos lo ha hecho recurrentemente; mientras que un 26,6% afirma haber conducido tras beber alcohol, el 7,5% de ellos habitualmente.

Por su parte, la pandemia ha constituido un antes y un después en la manera en la que los jóvenes se enfrentan a determinados comportamientos de riesgo relacionados con el consumo de drogas, la conducción temeraria, el acoso y la violencia física o la sexualidad. Tras ella, se arriesgan menos, pero admiten que les compensa más realizar determinadas prácticas pese a la inseguridad que perciben en ellas.

En general, se observa un relativo decrecimiento entre 2021 y 2023 en la realización de comportamientos de riesgo con alta frecuencia, siendo este último año un punto de inflexión teniendo en cuenta que no habían dejado de incrementarse desde 2017. Prueba de ello es que la participación en peleas con frecuencia pasó del 1,6% en 2017 hasta el 4,7% en 2019 y se incrementó espectacularmente en 2021, llegando al 11,1%, para reducirse ligeramente en 2023 hasta el 9,2%. La conducción bajo los efectos de las drogas tuvo un recorrido similar en los últimos años.

Aunque las relaciones sexuales sin protección tienen una evolución más errática, ya que descendieron en frecuencia en 2019 y volvieron a aumentar durante la pandemia, siempre han sido las prácticas de riesgo más frecuentes. Actualmente, el 42,9% declara que nunca tiene relaciones sexuales en situación de riesgo; el 32,1% indica que las tiene de vez en cuando; y el 19% con frecuencia.

Ante esta situación, la directora general de Fad Juventud, Beatriz Martín Padura, adujo que “comprender cómo las y los jóvenes se enfrentan a los comportamientos de riesgo permite identificar las estrategias más efectivas para prevenir problemas de salud y promover comportamientos saludables”.

Por su parte, el barómetro ilustra que el género y la edad tienen un impacto sobre el comportamiento frente a los riesgos. En ese sentido, los hombres destacan por encima de las mujeres en todas las cuestiones estudiadas, llegando a duplicar los porcentajes, y los jóvenes entre 15 y 19 años suelen asumir más situaciones arriesgadas que el grupo más mayor.

La pandemia también disparó las cifras de compensación frente a los riesgos, unas cifras que varían poco significativamente, salvo en el caso de las borracheras. Se acusa una caída en la proporción de jóvenes a quienes les parece totalmente asumible emborracharse sin perder el conocimiento: del 26,3% de 2021 al 17,6% actual.

Algo menos descienden quienes aceptan sin dudar la práctica de deportes de riesgo (24,1% al 23,4%), fumar porros (del 16,5% al 15,8%) o colgar fotos íntimas en redes sociales (del 10% al 7,8%). Y se mantienen relativamente estables otras cuestiones como conducir vehículos cuando se han consumido drogas o alcohol (7,7% al 8%), no usar protección en las relaciones sexuales (12,5% al 12,4%), consumo de cocaína o pastillas (6,8% al 7,9%), meterse en peleas (8,3% al 9,3%) o conducir a mucha velocidad (12,1% al 14,7%).

El estudio pone de manifiesto que es frente a los datos de 2019 cuando observamos la tendencia a poner más por delante los beneficios a los riesgos de todas estas prácticas (salvo la publicación de fotos íntimas, que va en descenso), lo que se cree que podría deberse a las restricciones por la pandemia.