Llevas muchos años cantando en distintos escenarios y con diferentes propuestas musicales. ¿qué te hizo saber que era el momento de meterse en el estudio?

Justo por esa razón llegó el momento. Al ver que es posible poder vivir de la música a través de distintos proyectos, y sobre todo de conocer y tener de compañeros a músicos increíbles con los que contar, que se atreven a sacar su propia música, vi que hacer un disco no estaba tan lejos como pensaba.

¿Qué se ve «desde sus ojos»?

En este momento, se ve a una mujer que está aprendiendo a vivir; cada día más amable y paciente consigo misma. «Desde sus ojos» son vuestros ojos, y siempre he tendido a verme, o mejor dicho, a actuar según lo que creía que se esperaba de mí. Eso ha afectado en mi personalidad, no permitiéndome ser del todo libre muchas veces. El sentido del disco es ayudarme a ver la vida desde mis ojos y no estar tan determinada por el qué dirán. 

Haber recibido el apoyo de la gente para poder realizar este proyecto debe ser emocionante. ¿Qué papel cumplen las redes sociales en quienes no tenéis el respaldo de una discográfica detrás?

Las redes ahora mismo son todo para poder vivir de la música sin respaldo de un sello o una discográfica. Es una herramienta con la que contamos a diferencia de décadas pasadas, y una oportunidad para difundir tu música. Sin esta opción, creo que nunca me habría atrevido a sacar un disco. 
Ahora bien, para mí lo más importante son las personas, el tú a tú y los conciertos. Aunque las redes te sitúan en el mapa, lo que de verdad cuenta para mí es moverse y tocar muchas puertas para actuar en directo todo lo posible y que la música esté viva. 

Uno de los temas es un poema de Salinas. ¿Qué tiene este poeta, este poema, que te ha conmovido como para musicarlo?

En la biblioteca de la Facultad de Geografía e Historia, de la Universidad Complutense, cada cierto tiempo se ponían libros a disposición de quien quisiera quedárselos. Un día encontré una recopilación  de los poetas del 27 y me lo llevé, para leer más poesía y mejorar mi escritura. 

El primer autor del libro era Pedro Salinas. «Te quiero pura, libre, irreductible, tú». Esos versos me llegaron al corazón por el hecho de que, a medida que crecemos, vamos cargando con peso y mochilas que no nos dejan ser nosotros. Me sentí identificada con esta idea, porque al final es lo que quiero conseguir con el disco, ser lo más yo que pueda, olvidando tantas imposiciones y deberes. 

¿Qué relación existe entre la música y la poesía?

En parte, las dos son la misma cosa. La poesía tiene música y la música poesía, aunque sea sin letra. Las dos artes remueven y trabajan con las emociones; y algo muy importante, tienen ritmo y tono. Cuando escucho recitar poesía, me hace elevar como una sinfonía, y eso es porque algo las une. 

Pienso en ‘El romance de la noche sin fin’. ¿Es más fructífero, para la creación, el desamor que la luminosidad?

Todos tenemos en mente la imagen del autor incomprendido, que sufre por el amor y el mundo, bajo una nube de oscuridad. Si se piensa comúnmente que se crea mejor desde la tristeza que desde la alegría, porque quizás cuando estás contento, disfrutas el momento, y en cambio la pena te lleva a sitios más profundos. 

Reflexiono mucho sobre estas cosas. Parece que tienes que apegarte a lo malo que te pasa para crear cosas interesantes y, la verdad, si todo sentimiento es igual de valioso, la alegría también tendría que ser fructífera. Si dedicas tiempo a valorar algo que te ha hecho feliz, que te ha impresionado para bien, es muy posible que salga algo también extraordinario. Lo tengo que poner más en práctica, je, je, je.  

¿Se puede reconocer «la última vez» de algo?

Qué difícil y preciosa pregunta. Yo diría que depende. Hay situaciones en las que sí percibes que algo está terminando, y otras en que las cosas te vienen de sopetón. Hay veces que leyendo los códigos y las químicas de las personas, o el ambiente determinado de un sitio, se empieza a saber que algo va a pasar, que  está cambiando y eso quizás suponga el fin de algo o su transformación en otra cosa.

Hablas en una de tus canciones de «lo bello del mundo». ¿Qué es, para Silvia Sanjuán, la belleza?

La belleza creo que son las buenas intenciones de las personas; el amor hacia los seres queridos y el respeto y la empatía hacia los demás. También es la apertura de mente, la libertad y la creatividad para solucionar problemas o hacer la vida más fácil a todos los seres vivos. 

Parte de tu público, en uno de los espectáculos que cantas, es infantil. ¿Qué diferencia a los más pequeños a la hora de escuchar música?

No nos diferencian tantas cosas, a adultos y niños. Es cierto que los pequeños se cansan más rápido, o al menos no se avergüenzan en demostrar que algo les está aburriendo. Pero con Triguiñuelas hemos comprobado que tocando y planteando arreglos musicales no tan infantiles, igualmente hacen suyas las canciones y las viven muy cercanas. Casi diría que los niños viven la experiencia completa: se implican como adultos, porque saben que el espectáculo está hecho para ellos, y suman sus ganas de jugar y la imaginación que aún no han perdido. 

Si tuvieras que citar un ramillete de intérpretes que te emocionan, ¿quiénes serían?

Tantísimos artistas... Para empezar, nombraría a todos mis compañeros de grupo, que me sorprenden cada día y compartimos juntos la magia y la responsabilidad de hacer música: las Triguiñuelas, los integrantes del grupo En Clave de Mi y los músicos de la banda que hemos montado para mi disco. 

Aparte de ellos, en mi lista de intérpretes favoritos sin duda están Silvio Rodríguez, Amaral, Simon & Garfunkel, The Beatles, Anni B Sweet, Víctor Jara, Cat Stevens...