- «No nos gusta mostrar nuestro dolor ni hablar de la pérdida de un ser querido»
Piensen en cuadros como «Cementerio de monasterio en la nieve», de Friedrich; «El triunfo de la Muerte», de Bruegel el Viejo; «Las Edades y la Muerte», de Baldung; «La muerte en un caballo pálido», de Doré; «El Tránsito de la Virgen», de Mantegna o «Finis gloriae mundi», de Valdés Leal. Todos ellos, tantos otros, nos recuerdan la finitud del hombre. El historiador del arte José A.
- «Allá en donde las cosas se mezclan tienen lugar alteraciones en el alma humana que acaban produciendo arte»
Seremos Atlántida (Acantilado), de Joan Benesiu (Beneixama, Comunidad Valenciana, 1971) narra la historia de un voyeur que transita espacios, habita lugares, recorre algunos países y encuentra (gracias a una mirada atenta y a un paso que segrega memoria) bibelots, miniaturas del alma, asombros, citas y detalles de otros libros, pulso de crónica, de novela, de cuaderno de viajes, de via
- «La lengua del amor es la voz de las mujeres»
Con su último poemario, Flores (Espasa), Nieves Pulido (Madrid, 1975) nos adentra en el recogido, asombroso, inagotable mundo de la naturaleza, donde para sentir su latido hace falta atención, escucha, ternura.
- «La comunidad libre que es capaz de vivir en armonía con su medio trae abundancia»
Tras el épico Migración y la selvática Poikilía, el poeta, traductor y miembro del Grupo surrealista de Madrid Jesús García Rodríguez publica Remisión, última entrega de esta trilogía de verso frondoso, contundente, fecundo.
- «Mentir también es una forma de vincularnos»
Falta de comunicación (o exceso espurio de ella), sexo a destiempo o en punto para deshacer complicidades, parejas que se conjugan, que resultan de la no intersección, parejas que tratan de salir a flote a pesar de, que hacen lo que pueden por respirar (a pesar de las mazmorras en las que se desenvuelven), parejas que se sostienen en el humor, en el detalle, en la rutina.
- «El gran error de la II República fue la prisa»
La proclamación de la II República española fue uno de los momentos más emocionantes del devenir de nuestro país, no sólo por lo que significaba, el punto final de una dictadura, un texto constitucional moderno, generoso en derechos y progresista, la deposición de la monarquía y una alegría serena que se extendías por calles y plazas.
- «No veo otra forma de estar en el mundo que no sea el conflicto y la pelea, incluso desde la alegría y la belleza»
Emilia Conejo (Madrid, 1975) escribe con una mano que tantea las paredes de la gruta surrealista y otra que gira la rueda de una rueca antigua, de severidad de ancestro. Su poesía se abre a pólvora y no se cierra más que con la promesa de brotar, incesante, de nuevo.
- «Una vela encendida es el tiempo que fluye, pero una vela apagada es la eternidad inmóvil»
Una vela. Encendida en lo oscuro, concita un estado de ánimo, un tono de recogimiento. La belleza contingente de la sabiduría, la intimidad, el sosiego. Una vela. Apagada, un misterio suspendido. De todo ellos nos habla en su último ensayo Andrés Sánchez Robayna (Santa Brígida, Gran Canaria, España, 1952), Borrador de la vela y de la llama (Galaxia Gutenberg).
- «Documentarse es un trabajo oscuro pero necesario»
En Los cuadernos de Miquelrius (Funambulista), José Julio Perlado (Madrid, 1936) más próximo a unas memorias que a una autobiografía, hace un ejercicio de memoria y reflexión, con una veta lírica sutil.
- «Actualmente, más que estafas hay obras intrascendentes, y muchas repeticiones de cosas ya vistas»
Amazonas con pincel (SD ediciones) reunía a una gavilla de mujeres que cincelaron con su propia marca de cantero el arte de la primera mitad del XX.